En el fútbol las camisetas son nuestras banderas. Resumen la geografía, la diversidad, los problemas y los sueños de los países en 90 minutos. Yo diría que nos representan como nada: a quienes las usan los imaginamos héroes, que a cada paso que dan reinventan la república. Vestidos con la camiseta de Perú en un Mundial tipo España 82, por ejemplo, cientos de abuelos se hicieron hinchas y a partir de esos gritos de fe hicieron hinchas a sus hijos. Y estos, a sus nietos. Lo mejor en tiempos de marketing y merchandising -le explico a Miguel Montalvo Robertson, coleccionista de camisetas de la selección peruana de fútbol desde el año 1939- es que ahora uno puede ir a una tienda deportiva y vestirse con ellos. Ser como ellos, un poco.
Imagínense lo que pasa entonces con una camiseta que hizo historia. Digamos, el modelo Penalty de franja al rojo vivo que usó la selección un día como hoy, 28 de abril de 1982, para ganarle a Francia en Parque de los Príncipes.
Todo fue arte ese día: las patillas del Patrón Velásquez a lo Jimi Hendrix, el desfile de César Cueto delante de Michel Platini, la peluca hippie de Germán Leguía. El 28 de abril de 1982, Perú fue a jugar al Parque de los Príncipes ante la elegante Francia con lo mejor que tenía. Frac y chimpunes.
Ganó Perú 1-0, ya se sabe. Pero además, la selección de Tim mostró esa sutil música de orquesta que preveía un mundial 82 soñado. Solo que de tanto caminar y subir aviones -17 amistosos-, esos zapatos de fútbol se gastaron. Y luego el ego hizo su trabajo.
Es una camiseta sobria, que respeta la tradicional franja que se usó por primera vez en 1936. Tiene un cuello camisero que termina en V, y las solapas de corte marinero.
En la espalda, a diferencia de la camiseta que se usó en el Mundial, los números vienen en un estampado negro y un borde que los delimita. En España 82 se usó un uniforme con los números de felpa.
Penalty también entregó indumentaria alterna, el mismo diseño en color rojo. Se usó para el encuentro amistoso contra el Cosmos de Nueva York, el 4 de abril de 1982.
En 1982, Armando Torres, reportero gráfico de El Comercio, acompañó a la selección en el agotador viaje que fundió los motores de un equipo que funcionaba como máquina. Fue el socio de Mario Fernández, enviado especial de la sección Deportes. "Fue una selección fantástica", dice Fernández. Torres hizo muchas fotos de cerca de esa camiseta y nunca imaginó que 38 años después, una de esos modelos extraviados viajaría desde Alemania hasta Perú, en vuelo de regreso. Ni Uribe ni Oblitas ni La Rosa tienen una, tanto tiempo después.
La historia fue así: Hugo Gastulo fue uno de los suplentes que el técnico brasileño Tim llevó a la Gira por los Tres Continentes. De hecho, en Parque de los Príncipes no jugó. El 21 fue Quiroga, el 2 Duarte, el 3 Gutiérrez, el 16 Olaechea, el 15 Panadero Diaz; el 8 Cueto, el 5 Leguía, el 6 Velásquez; el 10 Uribe, el 19 La Rosa, el 11 Oblitas. Gastulo no jugó ni un minuto. Eso sí, guardó la camiseta Penalty de fabricación brasileña entre sus cosas.
Hugo Gastulo, junto a Rafael Asca e Ysrael Zúñiga, fue internacional 21 veces con la selección, según los registros estadísticos del documentado sitio RSSSF. A diferencia de Asca -ídolo en Cristal- o Cachete -dios en Melgar- y pese a ganar tres títulos con la 'U', Gastulo no era necesariamente una figura del póster. Sí, un lateral izquierdo con recorrido que fue nominado por Tim en la lista de viajeros al mundial de España 82. Alejandro Hugo vive hoy en Estados Unidos. Desde el banco de suplentes, vio cómo el seleccionado de Polonia goleó 5-1 a Perú y lo despidió de esa copa. Quiso, sin embargo, irse con un recuerdo: buscó a un futbolista polaco e intercambió su camiseta.
No era cualquier modelo: para la Gira por los Tres Continentes, la firma Penalty entregó dos juegos de uniformes para la delegación de 22 futbolistas viajeros. Para el mundial de España envió otros dos juegos: la diferencias pueden ser sutiles pero delimitan las fronteras en los armarios de los coleccionistas. La que intercambió Gastulo era uno de los uniformes que le dieron a los futbolistas peruanos para la gira, es decir, para jugar en Parque de los Príncipes contra Francia, por ejemplo. Ese modelo tenía el escudo FPF bordado, la tela de un hilo muy fino brilloso y el número de felpa estampado en negro, con una línea de mismo color que le daba relieve. La de España 82 tiene una breve diferencia: los números solo de felpa, más gruesos, bold, en color negro. Como no jugó contra Francia el 28 de abril, Gastulo tenía el uniforme entero. Lo guardó para el mundial, que se jugó en junio de ese mismo año. Y la tarde noche del 22 de junio de 1982, pasadas las 7 de la noche hora peruana, corrió a intercambiar esa camiseta que había guardado con un jugador del que no recuerda el nombre.
"Esa es la historia que me contó el coleccionista dueño del uniforme", explica el peruano Montalvo Robertson, dueño de la camiseta de Gastulo hoy. El mundo del coleccionismo es misterioso: hay códigos que se respetan y nombres que se guardan bajo siete llaves. Lo cierto es que esta camiseta llegó hasta Alemania, donde la tenía el hijo de uno de los exseleccionados polacos de España 82. Hablaron de un precio y ya. Luego de hacer una transferencia de 800 euros más impuestos, el paquete llegó a Lima en octubre del 2020.
Para otros podría ser una tela con puntos amarillos producto de la humedad. Un inminente candidato a trapeador. Para otros, decía, una camiseta de fútbol con historia es como una bandera.