El mayor enemigo del Perú ha muerto. En este especial recordamos su captura y rendimos homenaje a las miles de víctimas que dejó la barbarie de Sendero Luminoso.
En 1990, un grupo de agentes de la Policía Nacional montó la empresa de combatir con sigilo a Sendero Luminoso, desmontar su cúpula y llegar con aplomo a la captura del sanguinario cabecilla Abimael Guzmán Reynoso.
ver másLa clave que se usaba en el GEIN para identificar la casa de la urbanización Los Sauces era ‘El Castillo’. El predio tenía tres pisos y un portón de madera sobre el que se alzaba una enredadera.
ver másLa noche del 12 de setiembre, en Surquillo, agentes encubiertos del GEIN capturaron en una operación sorpresa al terrorista Abimael Guzmán y a otros miembros de la cúpula de Sendero Luminoso. Esto ocurrió a las 8:14 p.m. y El Comercio consignó los detalles de la captura en su edición del día siguiente. "Abimael cayó con cúpula de Sendero" se leía en aquella portada histórica. El 14 de setiembre se reportó la reacción de varias autoridades a nivel nacional, así como un mensaje a la nación del entonces presidente Alberto Fujimori. También se informó que la operación tomó por sorpresa al jefe de Estado, mientras visitaba Iquitos como parte de una actividad para dar ayuda humanitaria. El mandatario regresó a Lima a las 5:30 p.m. del día después de la captura del cabecilla terrorista.
Así cambió el país y Sendero Luminoso tras la captura del terrorista más sanguinario de la historia peruana, a manos del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN).
‘El inicio del fin del terror’ o ‘la captura del siglo’ son algunas de las frases utilizadas durante 29 años para referirse a lo sucedido esa noche del 12 de septiembre en la urbanización Los Sauces de Surquillo.
Era 1992. Sendero Luminoso, encabezado por su sanguinario cabecilla Abimael Guzmán y la cúpula terrorista, llevaba doce años desangrando al país. Doce años en los cuales el denominado ‘Cachetón’ burló dos veces el asedio del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN).
La tercera vez la historia sería diferente. Poco antes de las nueve de la noche de ese 12 de septiembre, sin dispararle a persona alguna, diversos miembros del GEIN ingresaron a la casa de la calle 1 —hoy Varsovia— en la cual se ocultaba la cúpula senderista. Capturaron a todos. Entre ellos, a Guzmán.
Así, de forma discreta, el GEIN marcó un antes y un después en la lucha contra el terror.
En la urbanización Los Sauces, en Surquillo, la terrorista Maritza Garrido Lecca y su pareja, el también senderista Carlos Incháustegui alquilaban una casa de tres pisos. Foto: Dincote
Luego de un intenso trabajo de seguimiento de agentes del GEIN, se determinó que en el segundo piso del inmueble se escondían Abimael Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso, y Elena Yparraguirre, su lugarteniente y amante. Foto: Archivo Histórico de El Comercio
Durante más de dos meses los miembros del GEIN vigilaron la casa de Garrido Lecca y Carlos Incháustegui. Foto: Archivo Histórico de El Comercio
Entre otras pistas seguidas por miembros del GEIN figuran los medicamentos usados para el tratamiento contra la psoriasis, una enfermedad que se sabía padecía Guzmán. Foto: Archivo Histórico de El Comercio
El cabecilla de Sendero Luminoso fue detenido en la denominada operación "Victoria". Foto: Archivo Histórico de El Comercio
A pesar de la oposición de quienes fueron hallados en la vivienda de Garrido Lecca, no hubo un solo disparo. Foto: Archivo Histórico de El Comercio
La captura se oficializó a las 8:14 p.m. del sábado 12 de setiembre de 1992. Foto: Archivo Histórico de El Comercio
Junto al terrorista cayeron otros miembros de Sendero Luminoso. Yparraguirre, Incháustegui y Garrido Lecca son algunos de ellos. Foto: Archivo Histórico de El Comercio
Sendero Luminoso había iniciado acciones contra el gobierno peruano en mayo de 1980, cuando quemaron papeletas electorales en Chuschi, un pueblo cercano a Ayacucho. Foto: Archivo histórico de El Comercio
El 13 de setiembre de 1992, y los días sucesivos a la captura, la prensa nacional colmó sus portadas y páginas con más información sobre la captura del siglo. Foto: Archivo histórico de El Comercio
A doce días de la captura, el 24 de setiembre de 1992, se presentó al terrorista Abimael Guzmán. Foto: Archivo histórico de El Comercio
El genocida fue mostrado con traje a rayas en una jaula por el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori. Foto: Archivo histórico de El Comercio
El genocida fue mostrado con traje a rayas en una jaula por el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori. Foto: Archivo histórico de El Comercio
La condena a cadena perpetua contra Abimael Guzmán y la cúpula de Sendero Luminoso fue ratificada luego por fueros civiles. Foto: Reuters
La terrorista Maritza Garrido Lecca también fue presentada ante la prensa. Foto: Archivo histórico de El Comercio
Durante los interrogatorios, Garrido Lecca se mostró agresiva. En su presentación ante los medios de comunicación no dejó de realizar arengas. Foto: Archivo histórico de El Comercio
La presentación de la terrorista Elena Yparraguirre se realizó el 22 de setiembre de 1992. Foto: Archivo histórico de El Comercio
Más de seis meses después, el 3 de abril de 1993, el cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, fue trasladado a la Base Naval del Callao, cárcel de máxima seguridad. Foto: Archivo histórico de El Comercio
Aquella vez la nave torpedera estuvo custodiada por 15 infantes de la Marina de Guerra, todos con el rostro cubierto con pasamontañas. Foto: Reuters
Desde su captura hasta la fecha, Guzmán ha permanecido recluido en la Base Naval del Callao, donde también ha enfrentado otros procesos judiciales. Foto: Archivo histórico de El Comercio
El amanecer posterior a la captura de Abimael Guzmán no fue uno más. Banderas flameaban en las casas de muchos peruanos. Hasta entonces, la mayoría de estos creía invencible e incapturable al líder senderista.
La caída de Guzmán constituyó el derrumbe de ese falso mito construido por el senderismo sobre él. “Era un personaje presentado por la propaganda terrorista como el gran líder que avanzaba paso a paso y que estaba a punto de tomar el poder. Ese mito se derrumbó con la caída de Guzmán”, describe el exviceministro de Orden Interno y experto en temas de terrorismo, Rubén Vargas.
En los días posteriores a la captura, los peruanos celebraron como no pudieron hacerlo durante mucho tiempo. Recuperaron la confianza ante una potencial derrota del terror. Y, quienes pensaban en huir, lo pensaron dos veces. La captura fue el factor determinante.
“Hacia 1990, los peruanos estábamos preocupados porque no veíamos una salida. Teníamos el temor de que, llegado el momento, tuviésemos que recrear lo sucedido en [la guerra de] Vietnam: esperar el último helicóptero para huir. En 1992 la cosa cambió”, comenta el abogado penalista y ex juez —con rostro— de la Sala de Terrorismo de la Corte Superior de Lima, Luis Vargas Valdivia, quien fue víctima de atentados contra él y su familia.
El punto de quiebre de la captura no solo lo experimentó la ciudadanía. Tras la caída de su cabecilla a manos del GEIN, en aquella casa de Surquillo, Sendero Luminoso nunca volvió a ser el mismo. Abimael Guzmán no estaba preparado para la derrota. Su estructura criminal, tampoco.
“En los años siguientes [a la captura de Guzmán] los mismos senderistas no pudieron controlar a su gente. Es la época en la cual se produjo la mayor deserción en sus filas”, cuenta el especialista en temas de terrorismo Pedro Yaranga. Los desertores se escapaban para entregarse tanto al Ejército como a los comités de autodefensa.
Terroristas de Sendero Luminoso rendían culto a la personalidad de Abimael Guzmán mediante objetos como estos, que hoy permanecen en el museo de la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía. Foto: Reuters
La estructura de Sendero Luminoso se construyó exclusivamente en torno a Guzmán. “Todos se sujetaban a él. Era un dios para los senderistas y, por eso, la caída fue un golpe tan grande”, agrega Yaranga. Un golpe del cual no se pudo recuperar la banda criminal, a pesar de los intentos de los hoy encarcelados ‘Feliciano’ y ‘Artemio’.
La historia habla por sí sola. Antes de la captura de su líder, entre 1980 y 1992, Sendero Luminoso cometió 28 atentados terroristas de gran magnitud. Con Guzmán preso, desde 1992, el número se redujo a 4 atentados (ver infografía interactiva).
“[Sendero Luminoso] se generó alrededor de un caudillo y este era el encargado de todo. Abimael no preparó, gracias a Dios, los cuadros [sucesores] para su reemplazo. Esto finalmente trajo como consecuencia el desbande de Sendero”, comenta Luis Vargas Valdivia.
“Hacia 1990, los peruanos estábamos preocupados porque no veíamos una salida. Teníamos el temor de que, llegado el momento, tuviésemos que recrear lo sucedido en [la guerra de] Vietnam: esperar el último helicóptero para huir. En 1992 la cosa cambió”, comenta el abogado penalista y ex juez, Luis Vargas Valdivia.
A la captura de la cúpula senderista le siguió una avalancha de caídas de los más altos dirigentes terroristas. La inteligencia policial, apoyada por las rondas campesinas y los comités de autodefensa, asestaron un golpe tras otro a la cada vez más debilitada banda terrorista.
“El GEIN salvó la democracia con la captura de Guzmán. Lamentablemente, no se le dio el reconocimiento que corresponde porque lo que siguió a la captura fue una utilización política”, indica Rubén Vargas. Una afirmación con la cual coinciden otras fuentes consultadas para este artículo.
En 2017, casi 25 años después de esa captura histórica, los miembros del GEIN fueron finalmente declarados Héroes de la Democracia aquella noche en la cual el delincuente más sanguinario de la historia del Perú, Abimael Guzmán, fue derrotado sin violencia. Aquella noche en la cual el Perú cambió para siempre.
Abimael Guzmán, cabecilla terrorista de Sendero Luminoso, fue presentado públicamente a la prensa en 24 de setiembre de 1992. Foto: Reuters