Juan Carlos Carbajal lidia todos los días con la vida y con la muerte. Con la vida, porque cada noche arropa a su hija recién nacida y se acuesta a su lado hasta que ella concilie el sueño; y con la muerte, porque después de eso se sienta frente a la computadora para contar cuántos peruanos fallecieron por el COVID-19 durante las últimas 24 horas.
Desde su hogar, en el distrito limeño de San Martín de Porres, el ingeniero electrónico de 39 años cumple con su rutina diaria como padre de familia y como voluntario en Open-Covid Perú, el colectivo de expertos independientes que se ha encargado de analizar e interpretar los datos de nuestra peor crisis sanitaria. Un trabajo ad honorem, complejo y demandante.
El único periodo en que Juan Carlos dejó de colaborar fue en febrero de este año, cuando cayó enfermo por el virus junto a su esposa. “Lo irónico del asunto es que nunca fui incluido en el reporte oficial de infectados ni de recuperados. Recordé entonces por qué es tan importante esclarecer los datos abiertos que nos brinda el Gobierno. Felizmente mi ausencia fue cubierta por mis compañeros”, dice.
Patrick Wieghardt, Ragi Burhum y Juan Carlos Carbajal fueron invitados al Congreso en noviembre pasado. Fue la primera vez que se vieron en persona, después de varios meses de reuniones virtuales. “No sabía que yo era el más chato”, bromea Ragi. (Foto: Archivo personal)El 3 de mayo del 2020, con dos meses de pandemia en el Perú, el Ministerio de Salud (Minsa) reportaba casi 46 mil contagiados y 1.286 fallecidos. Ese mismo día, el científico en computación Ragi Burhum publicó un artículo titulado “El martillazo y el huayno” donde explicaba el impacto positivo de medidas restrictivas como la cuarentena, así como un análisis del indicador R (utilizado en epidemiología para mostrar cuántas personas se contagiarán a partir de un caso positivo).
El texto tuvo tal trascendencia que el expresidente Martín Vizcarra invitó a Burhum a Palacio de Gobierno, e incluso utilizó esa explicación en sus acostumbrados mensajes a la Nación. El experto –de 40 años de edad, e hijo de un árabe palestino y una huaracina– promovió así que las cifras de la pandemia estén disponibles en la Plataforma Nacional de Datos Abiertos, habilitadas en el 2017.
En algunas de sus presentaciones diarias, el expresidente Martín Vizcarra hizo referencia al artículo de Burhum sobre el denominado “martillazo” y la aplicación de la cuarentena. (Foto: Presidencia)“Pero yo no era el único. En Twitter habían entre cinco y ocho personas que también hacían gráficos y visualizaciones. Así fue que me junté con Patrick Wieghardt y Víctor Sánchez para ver cómo sumábamos esfuerzos y no repetir el trabajo que cada uno hacía por su lado. Se unió también Juan Carlos Carbajal, Rodrigo Torres y Manuel Bellido. Orgánicamente los seis creamos Open-Covid Perú”, explica Burhum.
Patrick Wieghardt, biólogo computacional graduado en Suiza, recuerda que las primeras reuniones de coordinación se dieron entre junio y agosto del año pasado. Tras ello, decidieron que debían generar una plataforma para que la población visualice los análisis de datos y las curvas de la pandemia. En octubre lanzaron finalmente el sitio web con cuatro reportes distintos; hoy publican 12.
“Manejo hasta siete de esos reportes. Como tengo un poco más de tiempo libre, le dedico bastantes horas a Open-Covid sin ningún problema”, cuenta el mayor del grupo, con 47 años de edad. Por su parte, Juan Carlos dice que el voluntariado le toma de dos a tres horas cada noche; a Ragi, “la mitad de mi día”.
En el estudio de su departamento ubicado en Barranco, Burhum ha colocado tres pantallas sobre el escritorio. Lo que para el ojo común se asemeja a un comando espacial, en realidad es el típico espacio de trabajo de un científico en computación. En una pantalla escribe el código, en otra visualiza los gráficos y en una tercera recibe sus mensajes de Twitter. “Sin redes sociales nunca nos hubiéramos juntado. Es más, empezamos a colaborar y trabajar sin habernos conocido físicamente”, comenta.
Ragi dice que Open-Covid Perú se lleva “la mitad de mi día”. No solo por el trabajo de programación y elaboración de gráficos de la pandemia, sino por las entrevistas que concede a la prensa casi a diario. (Foto: Hugo Pérez / GEC)Los seis fundadores del colectivo se reúnen virtualmente una vez por semana, casi siempre los miércoles o jueves. Allí no solo interpretan los datos abiertos de la pandemia, sino que establecen las tendencias para graficar el avance del virus; si la mortalidad se incrementa o se reduce, si el factor R se mantiene por encima de 1 (más de un contagio por caso confirmado), si hay una luz al final del túnel. A veces existen discusiones, pero sobre todo se llega a un consenso.
Estos análisis han convertido a Open-Covid Perú en fuente indispensable para el periodismo local, y regularmente sus miembros aparecen en entrevistas televisivas, radiales y de prensa descrita. De hecho, en dos ocasiones sus gráficos se han convertido en portada de El Comercio: en diciembre, cuando identificaron que las regiones habían contabilizado 2 millones de casos confirmados mientras que el Minsa solo reportaba un millón; o la semana pasada, cuando surgió el dato de que en abril moría un peruano cada cinco minutos por el COVID-19.
(Foto: Archivo El Comercio)“Abril ha sido muy duro para nosotros. La segunda ola nos ha golpeado y nos ha demandado una mayor actualización de los datos y de su análisis. A veces sacrifico el almuerzo o la cena para seguir con Open-Covid, y mi esposa se sorprende. En algunos momentos quiero que todo esto termine, me pongo en la situación de aquellas personas que han perdido a un familiar a quien terminamos contabilizando”, dice Juan Carlos.
Ragi cree que cada mes deja una marca en particular: “Abril me generó tristeza. Enero me dio miedo porque la segunda ola nos golpeaba con todo. En noviembre sentí frustración, ya que habían disputas políticas mientras la gente moría. Sin embargo, existe también un distanciamiento que tienes que hacer de la situación para poder mirar las cifras de manera que no te afecten”.
Anel Vásquez, socióloga de 24 años, entraba regularmente al sitio en Internet de Open-Covid Perú para ver cómo evolucionaba la pandemia. Se enteró de ellos, como la mayoría de peruanos, a través de Twitter. Jamás imaginó que su carrera cambiaría de rumbo en las últimas semanas, cuando se convirtió en la coordinadora del equipo encargado de renovar la plataforma.
En marzo, ella ganó a un concurso junto con otros seis jóvenes de distintas profesiones para rediseñar la página web y mejorar la experiencia del usuario. “El objetivo es que Open-Covid sea mucho más amigable. Ellos tenían los datos, el expertise para analizarlos, pero no llegaban a todo el mundo. Estaban en Twitter y ahí quedaba el asunto. Es importante que la información se comparta y que el análisis sea entendible para todo tipo de público. Ya estamos en la etapa final y muy pronto se lanzará la plataforma renovada”, agrega Anel.
Si bien hay una reunión semanal entre los seis miembros fundadores del colectivo, cada domingo o lunes se juntan con el equpo encargado de la renovación de la web a través de Google Meet. (Foto: Captura de pantalla)Así, el colectivo ha pasado de tener seis integrantes a contar ahora con 13. Tampoco se conocen en persona, pero esperan que cuando la pandemia acabe – lo que no será pronto, aclaran– puedan reunirse y compartir sin pantallas de por medio. De hecho, solo en dos ocasiones algunos miembros han podido estar cerca el uno del otro: Ragi, Patrick y Juan Carlos fueron invitados al Congreso en noviembre pasado; y en abril, los dos primeros fueron convocados por el presidente Francisco Sagasti para ser parte del comité técnico que esclarecerá las cifras de fallecidos por el COVID-19.
“Lo que hemos hecho con Open-Covid es algo bien bacán. Creo que es la primera vez en la historia del Perú que hay un grupo interesado en los datos abiertos y que ha exigido al Gobierno que los muestre. Todo esto nos ha llevado a renovar el portal web y a formalizarnos: queremos ser una asociación sin fines de lucro que promueva estas iniciativas”, dice Patrick.
En abril, el presidente Sagasti instaló la comisión técnica que se encargará de esclarecer las cifras de fallecimientos por la pandemia en el Perú. Además de otros expertos en epidemiología y data science, fueron invitados dos miembros de Open-Covid: Ragi y Patrick. (Foto: Presidencia)Por su parte, Juan Carlos anhela dar buenas noticias pronto: tiene la esperanza de que la vacunación impactará favorablemente en la disminución de contagios y fallecimientos: “A veces quiero cerrar los ojos y abrirlos para informar que más del 60% de la población ha sido inmunizada, o que el promedio diario de muertos se redujo a 20. Sé que llegará ese momento”.
Ragi solo espera que, con más de 168 mil fallecidos por el COVID-19 según el Sinadef, quien asuma la presidencia de la República en julio mantenga la política de datos abiertos sobre la pandemia. “Sin esa información disponible, Open-Covid no puede existir”, concluyó.