Luego de los triunfos presidenciales de 1963 y 1980, Acción Popular ocupó un lugar secundario entre las preferencias electorales de los peruanos. A partir de la campaña presidencial del 2016, sus bases se reorganizaron y la lampa volvió a cobrar protagonismo. En los últimos comicios regionales y locales, se convirtió en la segunda fuerza política con presencia nacional.
El arrastre de la vieja lampa de Acción Popular
Dirigentes de Acción Popular volvieron a dejarse ver en el viejo local de Paseo Colón para celebrar el triunfo electoral.
El partido de Fernando Belaunde será la primera fuerza política del Congreso. Logra el 10,1% de votos válidos, según América TV-Ipsos.
JONATHAN CASTRO C. / FRANCESCA GARCÍA
Minutos después del flash electoral, estalló una fiesta a ritmo de comparsa en la tradicional sede de Acción Popular en Paseo Colón. Mientras los arlequines vestidos con los colores tradicionales de la agrupación bailaban por el local, los integrantes del partido de la lampa rompían en arengas y cánticos tras confirmarse que serían la primera fuerza política del nuevo Congreso. A esa misma hora, en Jesús María, la candidata con el número 1 en la lista de Lima, Mónica Saavedra Ocharán, compartía la celebración solo con sus allegados. “Estamos muy emocionados y daremos todo de nosotros”, dijo Saavedra.
Por la tarde, el dirigente y exvicepresidente de la República Raúl Diez Canseco declaró: “No vamos a ser obstruccionistas, sino vigilantes”. Lo dijo en clara referencia a las declaraciones de Saavedra, quien días antes había dicho que desde el Congreso AP haría un obstruccionismo democrático.
Además, Diez Canseco afirmó que la reforma política sería una de las prioridades de la futura bancada.
Horas más tarde, estuvo junto al alcalde de Lima, Jorge Muñoz, el excongresista Víctor Andrés García Belaunde y el excandidato presidencial Alfredo Barnechea, quien agradeció a los peruanos por votar por “el partido número 1 del Perú”.
—Cuestión de marca—
Cuarenta años han pasado desde la última vez que AP fue la bancada más numerosa del Congreso. Según el conteo rápido de América TV-Ipsos al 100%, obtuvo 10,1% de los votos válidos y con ello 24 curules, el quíntuple de lo que obtuvo en la elección anterior. Su liderazgo no varió desde el primer sondeo, realizado en octubre del 2019 tras el cierre del Parlamento.
¿Qué hace atractivo al partido de la lampa? García Belaunde atribuye esta preferencia a cuatro pilares. El primero es que AP se fortaleció tras la campaña presidencial del 2016, pese a que no pasó a segunda vuelta.
La candidatura de Barnechea trajo cambios: mientras en las internas para elegir candidatos al Congreso del 2016 se presentaron solo 100 aspirantes, en la del 2019 hubo cerca de 500 militantes en el ámbito nacional; y la reapertura del padrón permitió la inscripción de más de 40 mil nuevos afiliados.
A su criterio, los otros factores son no haber sido involucrado en las investigaciones de corrupción del Caso Lava Jato; el papel desempeñado por su bancada; y los resultados de las elecciones regionales y municipales del 2018, en las que se consolidó como la segunda fuerza política nacional que más gobiernos ganó.
Para el politólogo Eduardo Dargent, AP tiene un símbolo asentado en el país, que volvió a posicionarse con el triunfo de Muñoz. A diferencia de otras organizaciones tradicionales, AP ha logrado mantener una imagen de centro político a lo largo de su historia, afirma Dargent.
Los pronósticos son auspiciosos considerando que en el 2016 obtuvo cinco congresistas. Las elecciones anteriores no habían sido mejores: en el 2006, logró 4 de los 5 escaños del Frente de Centro; y en el 2011, 5 de los 22 de la alianza Perú Posible.
Pero Dargent señala que se ha sobredimensionado el retorno de AP a los primeros lugares. “No hay que exagerar, no es un crecimiento brutal [del voto emitido]”, afirma.
Las buenas noticias llegan, sin embargo, en un momento en que el partido se encuentra acéfalo. No tienen Comité Ejecutivo Nacional y su presidente, Mesías Guevara, carece de mandato vigente ni arraigo en sus dirigentes.
Para Dargent, la bancada de AP podría ser una “confederación de desconocidos con diferentes posturas”. Por eso, afirma, es importante ver qué camino quieren emprender con rumbo al 2021 y, para elegirlo, deben ver como el reflejo del camino de la confrontación lo que sucedió con la votación obtenida por el Apra.
OPINIÓN
El misterio de Acción Popular
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JORGE
Aragón Politólogo y docente PUCP
Los resultados de las elecciones congresales extraordinarias del 2020 dejan planteadas varias interrogantes. Una de ellas tiene que ver con el hecho de que sea Acción Popular la agrupación política que ha obtenido la mayor cantidad de votos en el país y un aumento considerable de congresistas electos en relación con las elecciones congresales del 2016.
Estamos frente a un partido político nacional y tradicional que estaría recobrando cierta vigencia y notoriedad en las últimas elecciones (congresales y municipales) y dentro del grupo de ciudadanos que actualmente tienen interés o vocación política. Por un lado, esto no sería del todo sorprendente porque AP tiene algunas ventajas en comparación a otras agrupaciones. En un espectro político e ideológico, ocupa una posición de centro; ha tenido históricamente presencia en diferentes regiones del país y, por lo tanto, tiene una marca partidaria nacional; varios factores ayudaron a tener una presencia y un desempeño interesante en la campaña electoral del 2016; y, por último, su desgaste político en los últimos años ha sido menor porque no ha estado en posiciones de gobierno y porque, mal que bien, su bancada logró mantener cierta distancia del aprofujimorismo en el último Congreso.
Al mismo tiempo, Acción Popular carece actualmente de una dirección nacional con mandato vigente y no logró tener un comité central de campaña en las últimas elecciones.
Sin duda, las elecciones generales del 2021 serán importantes para saber cuál es el techo de Acción Popular y para tener mayores elementos que permitan entender qué suma y qué resta en la manera como funcionan y se organizan los partidos para atraer a los electores.