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Los límites de las pruebas de antígeno: la verdad sobre el test COVID de moda

Pese a que el mismo gobierno las permite para el control de viajes, las pruebas antígenas difícilmente detectan el coronavirus en personas asintomáticas. Dos médicos especialistas y documentos oficiales confirman las flaquezas del cada vez más popular método de testeo.

Texto: Ariana Lira Desarrollo: Armando Scargglioni Carpio Unidad de Informes Especiales

personas con covid-19

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Si a lo largo de la pandemia en el Perú ha habido una constante, esta ha sido la falta de información clara y los errores prolongados sobre temas largamente advertidos. Un año y dos meses después de llegado el coronavirus al país, el gobierno pareciera estar pasando por alto un fenómeno no poco importante: el ‘boom’ de las pruebas de antígeno.

Preferida por muchos, la prueba antígena pareciera reunir lo mejor de los otros tipos de test: es rápida como una serológica (arroja resultados en alrededor de 15 minutos) y precisa como una molecular o PCR (detecta la infección en tiempo real). Es, además, considerablemente más barata que la prueba molecular, llegando a costar, en algunos casos, hasta la mitad que una PCR.

Al igual que las pruebas moleculares, las antígenas se realizan mediante el hisopado. Se distinguen de las primeras en que no detectan el material genético, sino las proteínas que se encuentran en la superficie virus. El resultado es rápido, pues no se necesita un laboratorio para procesarlas.

Al igual que la prueba molecular, la antígena se recoge a través de un hisopado. (Foto: Andina).

Las pruebas antígenas para detectar el COVID-19 empezaron a importarse en el Perú en mayo del 2020. Sin embargo, a partir de octubre del mismo año, las compras se aceleraron marcadamente. Según información recogida por la Unidad de Periodismo de Datos de El Comercio, en lo que va de la pandemia se ha importado más de 16 millones de dólares en este tipo de test. El 94% de este monto corresponde solamente al 2021. El Ministerio de Salud ha sido el mayor importador de estos test, con cerca del 90% del total del costo de importaciones.

Lo que en medio de este ‘boom’ no se dice, sin embargo, es que las pruebas de antígeno no siempre son útiles para detectar el virus en personas asintomáticas. De hecho, ya en setiembre del año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía sobre ello, y señalaba que un resultado negativo de la prueba antígena no debe usarse para descartar por completo la infección. En el documento publicado por la OMS, se recomienda expresamente no usar la prueba antígena para personas sin síntomas, a menos que dichas personas hayan estado en contacto con un caso confirmado. En la misma publicación, se aconseja específicamente no usar las pruebas de antígeno para controles en aeropuertos o fronteras.

“Cuando no tengo síntomas, tengo mayor probabilidad de detectar el virus lanzando una moneda que usando una prueba de antígenos”, asegura César Ugarte, médico epidemiólogo del Instituto de Medicina Tropical Alexander Von Humboldt de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. El especialista explica que, para que una prueba de antígeno dé un resultado positivo, es necesario que la persona tenga una carga viral alta. Ello, explica, es menos probable en personas que no presentan síntomas.

César Ugarte, médico epidemiólogo del Instituto de Medicina Tropical Alexander Von Humboldt de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. (Foto: CONCYTEC)

“Cuando no tengo síntomas, tengo mayor probabilidad de detectar el virus lanzando una moneda que usando una prueba de antígenos”.

Esto es abordado, también, por la OMS. Según la entidad, los test de antígenos pueden detectar el virus en pacientes sin síntomas, pero solo en aquellas que tengan una carga viral elevada. Pese a ello, insiste en que los resultados negativos en pacientes asintomáticos no bastan para descartar el contagio.

El vicedecano del Colegio Médico del Perú y médico infectólogo principal de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Ciro Maguiña, coincide. “La prueba antigénica sí sale positiva cuando hay síntomas. Si la persona no tiene síntomas respiratorios, la chance de que salga positiva es mucho más baja”, explica.

En enero último, un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) encontró que una prueba de antígeno no logró detectar alrededor de dos tercios de casos de coronavirus en personas asintomáticas.

Maguiña añade que un factor trascendental para la precisión del test es la técnica. Quién lo hace y cómo lo realiza es, asegura, determinante para tener un resultado correcto.

“Depende de la técnica. Muchas veces la persona que ha hecho la prueba la hace mal o no agarra los lugares donde está el virus, entonces sale negativa”, precisa.

Según relataron a El Comercio, ambos especialistas vienen siendo testigos del uso inadecuado de las pruebas de antígeno en distintos pacientes que no presentan síntomas de COVID-19.

“No sabes la cantidad de personas que he visto en las últimas tres, cuatro semanas, que han salido negativas (con la prueba de antígenos) y luego positivas en la molecular. Tú lo que estás diciéndole a esa persona que salió negativo es: ‘anda a tu parrillada, anda a la reunión con tus abuelitos, anda a la reunión del trabajo’. Y es triste, porque después del contagio lo que te dicen es: ‘yo pensé que estaba negativo’”, cuenta Ugarte.

“Depende de la técnica. Muchas veces la persona que ha hecho la prueba la hace mal o no agarra los lugares donde está el virus, entonces sale negativa”.

Mensajes cruzados

Pese a la creciente popularidad de las pruebas de antígeno, el gobierno no solo no ha realizado campaña informativa alguna para explicar las limitaciones de este tipo de testeo en personas sin síntomas (tan solo se oyó advertirlas brevemente en entrevista con Andina a Lely Solari, médica infectóloga del Instituto Nacional de Salud, a fines de febrero), sino que las ha autorizado como un mecanismo de control fronterizo aéreo y terrestre. Con la finalidad de impedir que personas provenientes del extranjero esparzan el virus en el Perú, el Ministerio de Salud, a través de la resolución ministerial N° 810-2020-MINSA, publicó en octubre del 2020 una guía técnica del protocolo sanitario para vuelos comerciales. De acuerdo al artículo 6 de esta norma, quienes aterricen en suelo peruano deben presentar el resultado negativo de una prueba molecular o de antígeno de no más de 72 horas de antigüedad.

El mismo requisito fue puesto, también, en marzo pasado, luego de que se reactivara el transporte terrestre interprovincial. Según se dictó en ese entonces, quienes quieran realizar viajes interprovinciales que duren más de cinco horas deben mostrar el resultado negativo de una prueba molecular o de antígenos.

En vista de las limitaciones, Ugarte considera que el requisito de la prueba de antígenos para controlar los vuelos comerciales y los viajes terrestres interprovinciales no cumple con la finalidad de impedir la propagación del virus durante el transporte.

“Honestamente, es pérdida de dinero. No voy a capturar la cantidad de gente que podría capturar con una prueba molecular, lamentablemente”, dice.

Maguiña coincide en que el intentar controlar el ingreso de personas en base a pruebas antígenas deja fuera del control al grupo de personas asintomáticas que pueden estar contagiadas de COVID-19.

“El asintomático puede salir negativo en el momento que viaja, pero tener el virus”, afirma.

Desde que en mayo del 2020 se empezó a importar las pruebas antígenas al Perú, han ingresado dieciséis marcas al mercado. La que más se han importado es Panbio™, del laboratorio Abbott. Una de las empresas que más adquirió estas pruebas es Sistemas Analíticos S.A. El gerente general de dicha compañía, Víctor Alfaro, confirmó que las pruebas antígenas son efectivas en pacientes sintomáticos o en asintomáticos que tienen una alta carga viral. Sin embargo, sostuvo que, dado el déficit que existe en el país de laboratorios de biología molecular validados por el Instituto Nacional de Salud (INS), estos test son “la segunda mejor alternativa”, luego de la PCR.

Ciro Maguiña, Vicedecano del Colegio Médico del Perú y médico infectólogo principal de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. (Foto: Elías Alfageme)

“La realidad del país es que no vamos a poder acceder a pruebas moleculares de manera masiva. La segunda mejor alternativa para países como el nuestro son las pruebas de antígeno, tanto por el costo como por la disponibilidad”, señala.

En cuanto a la falta de información oficial sobre el uso y las limitaciones de cada tipo de prueba, en específico el test de antígenos, Alfaro sostiene que se trata de un problema que “venimos arrastrando desde el momento cero de la pandemia”.

“Vivimos poca información o información que está manipulada por muchas empresas que aprovechan el covid para hacer plata”, consideró.

Este Diario intentó comunicarse con el Ministerio de Salud y envió un cuestionario escrito sobre las políticas relacionadas a las pruebas de antígeno pero, al cierre de este informe, no obtuvo respuesta.

Zapatero a sus zapatos

A pesar de su poca sensibilidad en personas asintomáticas, las pruebas de antígeno sí son sumamente útiles para otros fines. Para Ugarte, incluso, es más recomendable utilizar la prueba de antígeno que la molecular en personas con síntomas, pues permite un diagnóstico más rápido y, por ende, un aislamiento oportuno.

“Para toda persona que tiene síntomas, la prueba de antígeno debería ser la primera opción, antes que la molecular. Esta prueba es genial para personas sintomáticas, porque puedo, en ese mismo momento, aislarlas y no tener que esperar lo que toma una prueba molecular”, indica.

Maguiña señala que la prueba antígena “es buena porque es rápida” en el paciente sintomático, aunque “el estándar de oro en el mundo sigue siendo la PCR”.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), en un documento publicado en noviembre del 2020, indicó que las pruebas de antígeno “se recomiendan para diagnosticar infecciones en casos sintomáticos, en entornos donde las pruebas moleculares (PCR) son limitadas o no están disponibles, o donde están disponibles, pero los tiempos de respuesta son prolongados”.

Según la organización, debido a la posibilidad de arrojar resultados rápidamente “la nueva prueba permite a los trabajadores de salud de primera línea manejar mejor los casos, porque pueden aislar a los pacientes para evitar una mayor propagación y comenzar el tratamiento de inmediato”, lo cual “contribuye a la interrupción de la transmisión comunitaria de la COVID-19”. Sin embargo, se recalca que las pruebas moleculares "son, y continuarán siendo, el método de referencia para las pruebas de la COVID-19" debido a su capacidad de detectar el virus en personas que no presentan síntomas.

“No mal usemos las pruebas. Las pruebas son muy buenas cuando se usan para los fines para los que fueron diseñadas”, concluyó Ugarte.

Ojo con la prueba molecular: el día sí importa

Otro dato que, según los médicos consultados para este informe, suele ser desconocido para muchos es el hecho de que la prueba molecular, o PCR, no detecta la infección del virus durante los primeros días de contraído. Así, si se tiene contacto con una persona infectada, es recomendable esperar unos días antes de realizarse el descarte.

No hay un día exacto, pues –como explican Maguiña y Ugarte– cada proceso infeccioso es distinto. Para Maguiña, existen más probabilidades de detectar la infección desde el tercer día del contacto. Ugarte, por su parte, recomienda realizarse la prueba entre el tercer y quinto día a partir del posible contagio.