La conexión chotana en Palacio
Por: Miguel Gutierrez | Unidad de InvestigaciónPedro Castillo y sus familiares, investigados por la fiscalía, han incumplido las pautas de seguridad de Palacio de Gobierno y han dado trabajo a amigos chotanos en el despacho y la residencia presidencial. Estos han desplazado de sus puestos a civiles y militares. Algunos incluso viven en la Casa de Pizarro.
No transcurrió ni una semana del inicio del gobierno de Pedro Castillo cuando a Palacio de Gobierno comenzaron a ingresar amigos y conocidos del mandatario provenientes de Chota (Cajamarca), su tierra natal. No solo para manifestar su apoyo en secreto o participar de eventos formales, sino también para vivir y trabajar dentro de la residencia presidencial, como han descrito fuentes consultadas por El Comercio, cuya información ha sido corroborada con documentos y registros oficiales.
Los sobrinos Fray Vásquez Castillo y Gian Marco Castillo Gómez, chotanos como su tío, fueron quienes empezaron a quebrar la habitual tranquilidad y los procedimientos de seguridad de la Casa de Pizarro. Desde agosto del 2021, ellos ingresaban y permanecían hasta muy altas horas de la noche para mantener reuniones en la residencia o pasar al Despacho Presidencial a través de un acceso interno establecido solo para uso del jefe del Estado.
En un primer momento, los sobrinos, actualmente investigados por la fiscalía, registraban su ingreso por el acceso peatonal de Desamparados, ubicado entre los jirones Áncash y Carabaya, una entrada destinada para el personal del Despacho Presidencial, miembros de las Fuerzas Armadas y policiales asignados a la Casa Militar, así como las visitas formales de funcionarios y de familiares no directos del mandatario.
El sistema de ingresos de Transparencia del Despacho Presidencial reporta que el personal de la Casa Militar registró los nombres de Fray Vásquez, prófugo de la justicia, y Gian Marco Castillo solo hasta el 24 de setiembre del año pasado. Según fuentes consultadas, posteriormente ambos sobrinos y otros amigos de la familia comenzaron a ingresar sin reportarse con el personal de seguridad. Ellos ingresaban en vehículos por el acceso seis o puerta garita, que los agentes de seguridad llaman la puerta 6.
Criterios de seguridad incumplidos
En el 2017, durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, Despacho Presidencial creó la directiva No.5, con el objetivo de unificar criterios de seguridad respecto a los controles de entrada y salida en Palacio.
Los procedimientos contenidos en la directiva señalaban que las visitas a residencia o al despacho tenían que ser autorizadas por la primera dama o el mandatario directamente o a través de sus edecanes o mayordomos. Además, la relación de nombres debía ser sometida a un control de personal de inteligencia y luego entregada al personal de la Casa Militar para que pasara por más filtros. El trámite podía durar hasta 48 horas, al término del cual la autorización era emitida. Todo este proceso a fin de garantizar la seguridad de la familia y del presidente.
En el 2017, durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, el Despacho Presidencial aprobó la Directiva 005-2017-DP/SSG con el objetivo de unificar criterios de seguridad respecto a los controles de entrada y salida de Palacio. Durante este gobierno no se han cumplido los protocolos.Hasta inicios del 2021, toda persona que tenía procesos pendientes con la justicia, incluso causas civiles abiertas, no podía ingresar a Palacio o a la residencia.
En agosto del 2021, con Castillo en el poder, las alarmas se encendieron en Palacio cuando el personal de seguridad que daba acceso a las visitas identificó que Richard Rojas García, vinculado al Caso Los Dinámicos del Centro y persona cercana a Vladimir Cerrón, iba a reunirse con el presidente. Sin embargo, hasta octubre pasado Rojas siguió visitando el Despacho Presidencial y la residencia, a pedido del propio Castillo, quien el año pasado buscó que Rojas fuera embajador del Perú en Panamá y, luego, en Venezuela.
La directiva 005 indicaba que por la puerta 6 –un enrejado de seis por cuatro metros reforzado por un portón de fierro que está ubicado al final del jirón de la Unión, al lado del puesto policial externo “Trujillo” – debían ingresar exclusivamente el presidente y sus familiares directos (esposa e hijos). Sin embargo, transcurridas las primeras semanas del gobierno de Castillo, este acceso vehicular se convirtió en el ingreso habitual de los amigos chotanos de la familia.
Desde setiembre del 2021, Fray Vásquez y Gian Marco Castillo ingresaron por este acceso que conecta con el amplio jardín de la residencia. Los sobrinos entraban en vehículos de amigos y posteriormente en camionetas polarizadas de Mazavig, compañía relacionada a Zamir Villaverde, investigado por supuestamente haber pagado sobornos al presidente y que ahora está en proceso de colaboración eficaz con la fiscalía. Los ingresos de los sobrinos eran de noche o al amanecer. En varias ocasiones, durmieron en las habitaciones de visitantes de la residencia palaciega.
La fiscal anticorrupción Karla Zecenarro, quien investigaba a los sobrinos por los casos Puente Tarata y Provías Descentralizado (ahora a cargo del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder), encontró que, entre setiembre y noviembre del 2021, hubo siete ingresos vehiculares de los sobrinos que no constan en el registro ordinario de visitas a la casa de Gobierno. No obstante, sus ingresos fueron casi diarios, según las fuentes.
‘Abre el portón’
En un primer momento, los policías encargados de la vigilancia perimétrica permitieron el paso de los familiares no directos, bajo la autorización del coronel PNP Jaime Huatuco Santos, oficial asignado a la Casa Militar de Palacio y uno de los responsables de la seguridad del presidente.
Posteriormente, y conforme los sobrinos del mandatario manifestaron su incomodidad porque sus ingresos nocturnos eran anotados en los cuadernos de los agentes de seguridad, se resolvió, sin mediar documento oficial alguno, que ingresarían por la puerta 6, saltando el control del personal de la Casa Militar.
El registro escrito de los ingresos por la puerta 6 de Palacio de Gobierno, que El Comercio reveló hace unos meses. Los sobrinos del presidente aparecen en las anotaciones; sin embargo, no siempre fueron registrados.Fray Vásquez y Gian Marco Castillo anunciaban su llegada mediante el teléfono de la residencia: 951071815. En caso ningún trabajador respondiera, despertaban al hijo del presidente, Arnold Castillo, para que él abriera el portón y así pudieran pasar los automóviles.
Gian Marco Castillo y Fray Vásquez Castillo llamaban al teléfono de la residencia, 951071815, para anunciar su llegada.Los autos cruzaban el portón y se dirigían al estacionamiento del sótano de donde salían con otras personas, con sus habituales gorros para no ser identificados por las cámaras de seguridad.
En otras ocasiones, los sobrinos llamaban al celular 914396561, de Manuel Rafael Delgado, un amigo de Tacabamba (Chota) que llegó ni bien Pedro Castillo se instaló en Palacio.
Manuel Rafael Delgado también abría la puerta 6. Este personaje chotano, que vive en la residencia presidencial, se encarga de recibir a los visitantes y de hacer las compras de víveres de la residencia. (Foto: Captura de Epicentro).Inquilino permanente
Pese a no tener un puesto formal, Manuel Rafael vive en la residencia presidencial con la familia. Cuando los sobrinos querían entrar con sus invitados, Rafael abría tranquilamente la puerta 6, mientras era observado desde el otro lado del jardín palaciego por los soldados y policías que controlaban el acceso de Desamparados.
Rafael acompañaba a los sobrinos y al presidente a las reuniones nocturnas en la casa del empresario chotano Alejandro Sánchez en el pasaje Sarratea, en Breña. En las imágenes difundidas en un programa televisivo en octubre pasado se le ve saliendo de la vivienda con uno de los sobrinos.
También se le ve cuando, el 27 de octubre, en Palacio se organizó la fiesta infantil por el cumpleaños de la hija del presidente, pese a las restricciones para la realización de eventos masivos por la pandemia del Covid, impuestas por el propio gobierno. Rafael aparece en el acceso de Desamparados junto con policías verificando la identidad de los invitados al evento.
Dado que Rafael no tenía ninguna función dentro de la residencia, lo cual era observado continuamente por el personal de la Casa Militar, la familia lo contrató mediante órdenes de servicio que en la práctica no cumple.
La familia de Castillo obligó a que el ayudante de la cocina, un civil que trabajaba desde hace años en la residencia presidencial, sea desplazado a realizar labores en el comedor de Palacio para que el puesto sea cubierto por Rafael. Pero hubo un problema: no sabía cocinar. Entonces se decidió que la orden de servicios emitida por el Despacho Presidencial sea por apoyo administrativo. Esta se ejecutó desde octubre del 2021. Por esa orden, Rafael recibía un sueldo de S/ 7.500.
En enero, Rafael fue contratado otra vez por el despacho, pero para apoyar el “servicio de control de almacén del área de servicios generales”. En esta ocasión, su sueldo era de S/ 8.400. En abril, volvió a ser contratado para que labore en el almacén por el mismo monto.
Sin embargo, en la práctica Rafael es el mensajero de la familia y el responsable de salir en vehículos de Palacio para adquirir semanalmente los víveres para la residencia, pagados con presupuesto del Estado que no es controlado.
Más puestos
Otra de las personas que vivía hasta hace poco en la residencia presidencial es Susy Díaz Huamán, una joven cajamarquina de 27 años que no aparece en el registro de visitas pese a estar presente en Palacio desde agosto del 2021.
Su nombre salió a la luz luego de que este Diario reveló que acompañó a Yenifer Paredes, hermana de la primera dama Lilia Paredes, y a su amigo, el empresario Hugo Espino, a una reunión con vecinos de la comunidad de La Succha (en Chadín, Chota, Cajamarca). Esa vez, la cuñada del presidente ofreció la ejecución de una obra de saneamiento. Actualmente, Paredes está detenida por la investigación del Equipo Especial contra la Corrupción del Poder por esos hechos y su nexo con Espino. Ella se entregó a las autoridades el miércoles pasado, un día después de que los fiscales y policías la buscaran en la residencia presidencial, donde se encontraba, según la información que manejaban el equipo especial.
Hasta julio último, Díaz compartía una habitación de la residencia con su amiga Yenifer. En dos oportunidades incluso coincidieron en el llamado ‘comedor rosado’ de la residencia con su amigo Hugo Espino, justo antes de viajar a Cajamarca para reunirse con las comunidades de Chota.
El 31 de agosto del 2021, Espino entró a residencia presidencial a las 6:57 p.m. y se retiró a las 10:19 p.m., autorizado por la primera dama. En ese lapso, Espino, Yenifer Paredes y Susy Díaz cenaron en el ‘comedor rosado’, habitual punto de encuentro de la familia presidencial. Espino regresó el viernes 3 de setiembre del año pasado a las 12:27 p.m. para almorzar con la cuñada del presidente y Díaz. El ingreso también fue autorizado por Lilia Paredes.
Díaz estuvo en Palacio por pedido de Yenifer Paredes como una cordialidad luego de que la primera la acogiera en su casa de la ciudad de Cajamarca mientras la cuñada del presidente finalizaba sus estudios. En Palacio, Díaz se encargaba de ayudar a Paredes a terminar la redacción de su tesis. Tras permanecer algunos meses, y para justificar su estancia, la cuñada del mandatario se encargó de que el Despacho Presidencial contratara a Díaz para que asumiera las tareas administrativas de la residencia que cumplía una suboficial del Ejército adscrita a la Casa Militar.
Pese a las iniciales observaciones del entonces jefe de la Casa Militar, el general de brigada EP Miguel Herrera Céspedes, este tuvo que recular y disponer que la suboficial del Ejército fuera ubicada en su propia oficina.
En enero, Díaz fue contratada por el despacho para dar servicios de apoyo administrativo, con un sueldo de S/15.000 mensuales. En abril, fue contratada otra vez con un salario similar. A fines de julio, dejó de trabajar en Palacio, como informó El Comercio hace unos días. En total, le pagaron S/30.000.
Florlisa Herrera Herrera, natural de Tacabamba (Chota) y amiga de la familia, entraba inicialmente a Palacio para visitar al presidente Castillo junto con su esposo, Segundo Llanos Guevara, quien en julio del 2021 estuvo en el equipo de transferencia de cargos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego.
La familia presidencial ordenó que Florlisa Herrera fuera colocada como asistente de cocina de la residencia. Para ello, uno de los ayudantes civiles que laboraba en la cocina desde hace años fue cambiado al comedor de Palacio.
En octubre, mientras Herrera era contratada como cocinera de la familia del presidente, su esposo trabajaba para el gobierno en el sector agrario: Segundo Llanos firmó uno de los cinco contratos con el Midagri que lo apuntaban como coordinador regional del Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (Agro Rural).
En junio de este año, la primera dama decidió no recibir más los servicios de cocina de Herrera. Fue reemplazada por Olga Rivera Gómez, una persona que estuvo en el puesto hasta hace unas semanas.
El Comercio se comunicó con un oficial de las Fuerzas Armadas que fue jefe de la Casa Militar y que prefirió mantener su identidad en reserva. Respecto a los ingresos sin registro a la Casa Militar, dijo: “Han roto todo el sistema de seguridad del presidente a través de sus familiares más allegados”.
Precisó que “nadie más que el jefe de la Casa Militar y sus oficiales son los responsables de ordenar abrir esa puerta”. En esa línea, agregó que durante esta gestión se “han incumplido directivas que están hechas en función a la seguridad del presidente”.
Trabajo para los amigos
Isabel Soria Reátegui, coordinadora de la campaña de Perú Libre en Suecia, entró por primera vez a Palacio el 12 de agosto del 2021. Se registró por última vez el 22 del mismo mes. Luego no fue necesario que se registrara. Siguió viviendo en la residencia presidencial y, si bien no tenía un contrato formal como trabajadora, se presentaba como especialista en labores de etiqueta social y asesora de la primera dama. Su permanencia en la residencia familiar culmino en julio de este año, cuando el presidente la nombró embajadora del Perú en Noruega, pese a los cuestionamientos porque no cumple el perfil para el cargo.
Isabel Soria Reátegui no es chotana, pero es amiga de la familia presidencial. Vivió un tiempo en la residencia hasta que hace poco el presidente Castillo la nombró embajadora en Noruega.Una subalterna de la Marina, a cargo del servicio de lavandería de la residencia presidencial, también fue desplazada por personas amigas de la familia. La suboficial, quien cumplía su labor como ayudante de las primeras damas, fue colocada temporalmente fuera de la casa, cumpliendo labores administrativas.
La guardia chotana
Desde la llegada a Palacio de Gobierno, Pedro Castillo pidió que su seguridad personal sea integrada por policías de su confianza. Con ese fin solicitó que estuvieran amigos o personas que laboraban en la provincia de Chota, como una forma de congraciarse con los efectivos que lo habían apoyado en su campaña electoral en Tacabamba y Chota.
Dos casos conocidos son los de los suboficiales PNP Jorge Tarrillo Gálvez y Nilo Irigoin Chávez, ahora cuestionados por sus vínculos con el prófugo exministro Juan Silva, y mencionados en la investigación fiscal sobre los ascensos irregulares en la Policía.
El mandatario también logró que en los grupos de seguridad que se turnan para acompañarlo estuviera la excomisaria de Tacabamba, la teniente PNP Sandra Flores Cardoso, y ayudantes suyos, como los suboficiales PNP Jover Gallardo Torres y Marbin Olivera Fuentes.
A este grupo de ‘sombras’, como se les conoce a los escoltas policiales del mandatario, se integraron los cajamarquinos Orlando Tello Guevara y Carmelo Saldaña Silva.
Este Diario llamó y envió mensajes y un correo al área de comunicaciones de Palacio de Gobierno, pero no obtuvo respuesta.