Ricardo Gareca: siete fotos que resumen siete años de gestión

Difícil elegirlas. Y más difícil aún, quedarse con una sola. Desde que el 2 de marzo del 2015 Ricardo Gareca fue presentado como técnico de la selección nacional no se detuvieron los momentos históricos, las buenas noticias. Este es un resumen fotográfico sobre su gestión, que pasa por la clasificación al Mundial, el cariño de los hinchas, los días de cuarentena, hasta hoy, que todavía es posible soñar con Qatar 2022

Por: Eliezer Benedetti

Del odio al amor | 8 de junio del 2016 partido Perú vs Ecuador | Captura Univisión

Al inicio de su mando, los resultados no le acompañaban. Malos resultados pusieron contra las cuerdas a Gareca. Incluso, se pedía su salida de parte de los hinchas, quienes incluso tuvieron algunas discusiones con él. Esa relación de odio pasó al amor cuando el argentino comenzó a guiarnos con optimismo hacia el Mundial. Ahora, lo que menos se espera, es su salida.

Nobleza | 12 de noviembre del 2017

En medio de la tensión, siempre hay tiempo para un acto de nobleza. Antes del partido de revancha contra Nueva Zelanda, el decisivo para la clasificación al Mundial, Ricardo Gareca interrumpió su trabajo para saludar a un niño en silla de ruedas, que esperaba ansioso por hablar con él. Un abrazo y una pequeña charla de minutos fue suficiente para provocar felicidad ajena y también la de él.

Regocijo mundialista | 16 nov 2017 ante Nueva Zelanda

Después de 36 años tormentosos sin Mundial, Gareca volvió a hacernos rebosar de júbilo. La victoria por 2-0 ante Nueva Zelanda en el Estadio Nacional nunca será olvidada. El 'Tigre' nos guio a un sueño que parecía imposible de cumplir. Por eso, con numerosas manos cargando su cuerpo, el entrenador argentino está arriba de todos como el principal héroe de esta historia, con una sonrisa dibujada en su rostro, sin ocultar el regocijo que significa hacer realidad un sueño.

Un ser devoto | 21 de enero del 2018

En Perú se acuñó la frase "la fe es lo último que se pierde" y Ricardo Gareca nunca la perdió ni la perderá. El entrenador argentino, fiel a sus principios religiosos, siempre se mostró como una persona muy devota. En enero del 2018, antes del Mundial de Rusia, tuvo un feliz encuentro con el Papa Francisco en su visita a Lima. Pero no solo así el 'Tigre' profesa su fe, sino que también ha asistido a numerosas misas como en Fiestas Patrias entonando el Te Deum, o su visita al Señor de los Milagros antes de partir hacia Rusia.

El abuelo pelotero | 14 de junio del 2019

En medio de la ansiedad y angustia que puede provocar el fútbol antes de un desafío importante, Ricardo Gareca se da un tiempo para relajarse junto a su familia, quizá no en casa como quisiera, pero sí en un campo de fútbol. Varias veces el 'Tigre' ha tenido momentos de diversión en las prácticas de la selección peruana junto a su nieto Benjamín. En junio del 2018, en Rusia, antes del partido mundialista contra Francia, se dio un tiempo para entretenerse con Benja. Lo mismo sucedió en Brasil antes del inicio de la Copa América 2019, donde finalmente se colgó la medalla de plata.

La barba del 'Tigre' | Captura 2 de junio del 2020

Ha tocado vivir un tiempo de aflicción. El desconsuelo se apoderó del mundo tras la pandemia del coronavirus. En medio de la cuarentena y la incertidumbre que esta generó en el país, Ricardo Gareca lució una peculiar barba que generó revuelo tanto en su país natal como el nuestro. "Es una manera de expresarme. Cada uno se expresa de la manera que siente, yo he sentido esto. Nos toca vivir esta situación y dije 'bueno no me afeito hasta que esto termine', pero no pensaba que iba para tan largo", explicó en una entrevista.

El abrazo paterno | 16 de noviembre del 2021

Gareca siempre depositó su confianza en Christian Cueva. Desde que lo descubrió en 2015, nunca le ha soltado la mano (ni los brazos). A pesar de todas las críticas y cuestionamientos, el Tigre siempre respaldó sin dudarlo a Cuevita y ahora es un pilar fundamental en la selección. Entre ambos se ha forjado una relación parecida a la de padre y un hijo. Y pues, el abrazo paterno casi nunca falta.