Te damos algunos
consejos prácticos.
Mantén apagadas la mayoría de las luces artificiales de la casa durante el día. En los meses de invierno realiza la mayor parte de las tareas que requieren luz durante la mañana. Y en los meses de verano aprovecha la luz natural más tiempo ya que dura unas horas más.
Es un buen hábito y así evitas gastos innecesarios de energía.
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Si vas a salir de casa, oficina o te toca descansar es mejor apagar los equipos; otras opciones son dejar el equipo en modo suspensión, hibernación o con la pantalla apagada.
Este tipo de focos consumen menos energía y en épocas de verano producen menos calor. Pueden tener un mayor costo pero tienen un mayor ahorro de energía a largo plazo.
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La suciedad acumulada en los sistemas de ventilación de estos equipos hace que produzcan más calor y gasten más energía. Lo mismo ocurre con los focos ya que pierden luminosidad.
Cada vez que se abre y cierra la puerta de la refrigeradora se consume mucha energía ya que el aire frío se pierde.
Y en programas cortos de lavado, evita usar la secadora de ropa ya que gasta más energía.
Si quieres agua caliente planifica tu día para saber a qué hora te bañarás.
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El cargador conectado sigue consumiendo energía, por eso desconéctalo una vez esté completa la carga de tu celular, laptop, tablet, etc.
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Se puede ahorrar una considerable cuota de energía desenchufando todos los aparatos eléctricos de tu casa, así sea un viaje de pocos días.
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