La desesperación y la esperanza

El artista nacido en Huancayo presenta el registro de una intervención urbana que hace referencia a ese estado de zozobra en el que vivimos debido a la pandemia.

La obra se titula “Sálvese quien pueda” y en la imagen emerge la figura de Antonio Paucar desde la oscuridad de un pozo; de esos buzones sin tapa que abundan en nuestras ciudades y en los que parece que todos hemos caído a causa de la pandemia. Ahí, entre la desesperación y la esperanza, aguardamos la vuelta a la normalidad. El retorno a esa vida negada por la acumulación de las crisis sanitaria, política y económica.

Esta obra que Paucar presenta al proyecto De Voz a Voz Perú es el registro de una intervención realizada por el artista en una calle de Huancayo —“motivado por este mundo distópico y en solidaridad con los caídos”, según sus palabras— cuando decidió meterse en un buzón, protegido solo por una mascarilla.

“Mi cuerpo sumergido alude a los que cayeron y a los que vuelven a surgir”.

“Transitar por calles con buzones sin tapa siempre me ha causado temor y angustia. En Huancayo, y sobre todo en las calles oscuras, los peatones caen en estas trampas urbanas, se accidentan, muchos mueren ahogados y nadie asume responsabilidad alguna. Mi cuerpo sumergido ahí, en plena pandemia, alude a la vulnerabilidad del ser, a los excluidos y a los que cayeron; a los que vuelven a surgir para salir del hoyo de esta grave crisis, ocasionada no solo por el COVID-19”, dice.

Los últimos meses, Paucar los pasó, prácticamente, recluido en su casa en Aza, un pueblo cercano a Huancayo, rodeado de naturaleza; sin embargo, esto no evitó que en febrero pasado cayera afectado por el coronavirus. Fueron días difíciles —cuenta por teléfono— que le sirvieron de catarsis y le permitieron escribir versos como estos: “Abrí mi boca por el dolor/ y la fiebre interna de varios días/ Mi lengua seca despertó/ Me lamió todo mi cuerpo hasta sanar”.

Antonio Paucar

Aza, Huancayo, 1973

Proveniente de una familia de artistas populares, en su obra se interesa por la cultura andina. Estudió Arte en Berlín, Alemania, y su obra toma como punto de partida su propio cuerpo para la realización de performances, videoinstalaciones, esculturas y dibujos.

“Los trabajadores, los músicos, los artesanos, los agricultores, toda la población requería con urgencia recursos para sobrevivir”.

El estado rendido dice “sálvese quien pueda”

“La crisis sanitaria, la tragedia por las muertes, la carencia de alimentos y la falta de apoyo económico a sectores vulnerables hizo que la población de la sierra central pasara por una situación preocupante de temor y desconcierto. La esperanza desaparecía. Los trabajadores informales, los músicos, los artesanos, los agricultores, los trabajadores despedidos masivamente; toda la población requería con urgencia recursos para sobrevivir. Era desolador. A esto se suma la incompetencia del Estado para administrar los recursos e implementar programas que puedan hacer frente a la situación, el Estado rendido aclamaba ‘sálvese quien pueda’. La pandemia nos había ganado la batalla”.