El termómetro de los últimos 40 veranos en Lima
Repasamos los registros de temperatura de la capital desde 1980 para saber si en verdad cada verano se va volviendo más caluroso que el anterior
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“El clima de Lima está loco”, “nunca habíamos tenido tanto calor”, “cada año el verano es más caliente en esta ciudad”. Más de una vez debe haber pronunciado alguna de estas frases, sobre todo, en semanas como esta, cuando los termómetros de la capital han alcanzado los 30°C según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi). Por ello, decidimos comprobar si de verdad el verano se está volviendo más caluroso o es una cuestión de percepción. El Senamhi brindó a El Comercio los registros de temperatura durante los meses de verano en Lima desde 1980 hasta el 2018 para elaborar el gráfico que aparece al inicio de esta nota.
Para interpretar las cifras, conversamos con la especialista en Climatología de dicha institución, la ingeniera Lourdes Menis, quien explica que la temperatura promedio durante el verano capitalino debería bordear los 26,5°C en la estación de Campo de Marte (Jesús María) y 29°C en La Molina. “Sin embargo, esta temporada ya hemos alcanzado los 30°C en Jesús María. Esto es porque, pese a que hubo un periodo de disminución de temperaturas a fines de diciembre, desde el 18 de enero se comenzaron a recuperar”, dice.
Menis precisa que las anomalías más fuertes se han registrado en los años marcados por fenómenos como El Niño, La Niña o el Niño Costero. “Hemos visto anomalías bastante fuertes, alrededor de los 3,5°C o 4°C (por encima del promedio), por eventos como El Niño en los años 1982-1983, 1997-1998 y para este último Niño Costero tuvimos anomalías alrededor de los 3,5°C en la temperatura del verano”, explica.
Además de los fenómenos climatológicos, la altitud, longitud, topografía y cercanía a la cordillera de los Andes son factores que determinan el clima de cada zona. “Por eso muchas veces vas de San Juan de Lurigancho a Jesús María y mientras que en uno debías usar chompa en el otro está medio soleado”, explica Menis. La capital es, en realidad, un conjunto de microclimas.
La cercanía de un distrito al litoral costero también influye en las temperaturas que se alcanzan durante el día. “Podemos detectar condiciones climáticas muy diferentes en Lima Oeste y distritos de Lima Este como Chaclacayo, La Molina o Ate. Estos distritos tienen un comportamiento diferente debido a que tienen el efecto de continentalidad y altura. Eso hace que haya más predominancia de cielos despejados por lo que tienen las temperaturas diurnas -o máximas- con valores mucho más altos que las que están cerca al litoral. Mientras que en las noches, distritos de Lima Oeste, como Jesús María, San Miguel o el Callao tienen temperaturas más altas por el efecto termorregulador del océano”, añade Menis.
Al ser consultada sobre por qué los limeños sentimos que cada verano hace más calor, la experta considera que esto está directamente ligado a los niveles de humedad en la ciudad. “En los años 50 o 70 la humedad en Lima era de 99%. A partir del 2010 los registros alcanzan solo el 90% o algunas veces a 95%. Esto hace que cambie la percepción de cada persona”, asegura.
Un peligro invisible
Otro factor importante a tomar en cuenta durante todo el año, pero especialmente en el verano, es la radiación ultravioleta (UV). Estas ondas electromagnéticas que provienen del sol pueden tener diferentes efectos sobre nuestra salud. El especialista en radiación UV del Senamhi Orlando Ccora da más detalles:
“Una sobreexposición genera daños tanto a la piel como a los ojos. En la piel las quemaduras solares, llamadas eritemas, que no es más que una quemadura solar, cuando la piel se torna de un color rojizo y también daños a la vista cuando no hay una adecuada protección, como la aparición de cataratas”, explica Ccora.
Para menguar los efectos, el Senamhi recomienda utilizar gorras de ala ancha, protector solar, gafas de sol con protección UV y cubrir la mayor cantidad del cuerpo posible al salir al aire libre. En la siguiente gráfica podrá encontrar los picos máximos de radiación UV registrados entre mayo y diciembre del 2018 en Lima. Solo aparecen cuatro distritos porque son los únicos que han sido medidos por el Senamhi.
Ccora explica que las nubes son uno de los principales factores que determinan el nivel de radiación que se registran en alguna zona. Para explicarlo de forma más simple, a mayor nubosidad menor penetración de la radiación. “Pero eso no quiere decir que no haya radiación. Todo el año tenemos registros de radiación, solo que durante el verano se alcanzan niveles más altos porque el cielo está más despejado”, aclara el experto.
Además de las nubes, la capa de ozono es otra barrera ante la radiación ultravioleta. “En los últimos tiempos, por la alta contaminación, la capa de ozono sobre nuestro país ha tenido una ligera disminución a lo largo de los años. La capa de ozono también es un factor que determina si la radiación UV es alta o baja. Por eso también la vigilamos”, explica Ccora. El Senamhi monitorea la capa de ozono desde 1998 pero cuenta con registros de radiación UV desde hace apenas 12 años. La intención, explica el experto, es seguir recolectando información para poder evaluar mejor las variaciones de este indicador. “Hay países que cuentan con 40 o 50 años de registros, acá todavía estamos empezando”, dice.