Catorce víctimas aún luchan por sobrevivir

Cinco de los sobrevivientes son niños menores de 10 años. La mayoría está muy grave, con shock séptico e insuficiencia respiratoria. Estas son sus historias minutos antes de la tragedia.

Por: maría del carmen yrigoyen - ilustración: giovanni tazza

familia riveros osorio

Isidora Meza y sus hijos hermanos Henry y José Riveros vivían en Villa del Mar, en la segunda casa desde el cruce con Mariano Pastor Sevilla. Henry ocupaba el primer piso con su madre, su esposa, sus dos hijas y su nieto. El día de la tragedia no estaba la esposa de Henry. Él ayudó a su familia a evacuar. La deflagración los cogió a la altura de los carros que explotaron. Su hija Geraldine, de 20, y la madre de Henry se abrazaron para cubrir al bebe de 11 meses, Cristopher. Las dos murieron ese mismo día. Cristopher sobrevivió gracias a ese sacrificio, pero aún está en estado crítico en el INSN-San Borja junto a su prima Anathaniel, la otra hija de Henry, de 9 años. Él está grave en el Loayza.

familia pomatay

Entre Sonia Pomatay y el camión cisterna había una distancia de dos casas. Ella vivía en un inmueble amarillo de tres pisos. Evacuó, como casi todos, y tampoco pudo salvarse del fuego. Dos familiares de ella, Jordan y Jhordy Sánchez Pomatay se quedaron muy cerca del inmueble, grabando con sus celulares. Así los cogió la deflagración de gas. Ambos ya fallecieron. Sonia continúa en la lucha. Quedó con el 42% del cuerpo quemado y permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Guillermo Almenara.

familia riveros segovia

José, su esposa Janet Segovia y sus tres hijos, Caroliane, Cielo y Sergio Josué, vivían en el segundo nivel. Demoraron un poco más en salir que la familia de Henry. Cuando ya estaban en la puerta, José decidió volver a la cocina para cerrar la llave de gas. Iba a darles el encuentro cuando ocurrió la deflagración. La llama de fuego alcanzó solo a los que estaban afuera. “Pepe ha visto a su esposa y a sus hijos quemándose”, cuenta Yovana Vega Riveros, su prima.

familia IMANDA ROJAS

Jackeline Rojas intentó huir el día del accidente con su bebe Liam, de 3 años. Alejandro Imanda, su esposo, corrió para pedirle a una vecina que los protegiera en su vivienda. La vecina lo hizo entrar y en ese momento ocurrió la deflagración. Jackeline y Liam no llegaron. El fuego los cogió en la calle. Jackeline, ama de casa, está bastante delicada en la UCI del hospital Guillermo Almenara. Depende de ventilación mecánica y tiene quemaduras de segundo y tercer grado en el 59% de la superficie corporal. Liam murió el 24 de enero.

familia olivas GOMERO

Nisso Olivas y Yenni Gomero tenían dos niños, Sebastián, de 2 años y medio, y Naty, de 8. Vivían en el tercer piso de un edificio de la Av. Villa del Mar. Cuando el camión-cisterna chocó contra el desnivel de la pista y se inició la fuga de gas, todos andaban dormidos. Minutos antes de las 7 a.m. se levantaron con el olor y los gritos de los vecinos. Creyendo que la casa se convertiría en una trampa mortal, salieron todos. A la casa no le pasó nada. Los cuatro fueron envueltos por el fuego. Se fueron en una mototaxi al hospital de VES. Naty murió al día siguiente. Yenny resistió hasta el 12 de febrero. Nisso y Sebastián se recuperan en el Loayza y el INSN de Breña. El pequeño es uno de los sobrevivientes con mejor pronóstico, actualmente.

familia ROJAS BUSTAMANTE

El sobrino de Jackeline, Thiago Rojas Bustamante, es otro sobreviviente. El año pasado se había graduado del jardín. Cumplió 6 años en la UCI del INSN-San Borja. No hubo celebración. El día del accidente, su madre, Yovany Bustamante, lo cogió de la mano y corrió a la calle para escapar del gas que los amenazaba. Pero estaban cerca de los carros que explotaron. La mujer, de 38 años, quedó con casi todo el cuerpo quemado. Murió el 13 de febrero. Thiago quedó con el 66% de la superficie corporal dañada. También tenía quemada la tráquea.

familia PACHAS AMBROCIO

María Antonieta Ambrocio despertó a Alejandro, su hijo mayor, de 9 años, y cargó a Rodrigo, el menor de apenas 7 meses. Al lado de ella corrieron también sus hermanos Víctor y Joaquín Ambrocio. Vivían casi a dos cuadras de donde quedó el camión cisterna. Todos fueron alcanzados por las llamas, pero Rodrigo fue protegido por el cuerpo de su madre. Fue el único sobreviviente con el 15% del cuerpo quemado. Le dieron de alta el 17 de enero.