El barro de la creación

Gerardo Chávez. El reconocido artista recupera la figura del ekeko, el símbolo andino de la prosperidad, como un antídoto frente a la escasez y el dolor de estos días.

Perteneciente a esa generación dorada de artistas salidos de Bellas Artes en 1959, Gerardo Chávez es uno de los grandes maestros de la plástica nacional. Su personalísima obras enutre de lo local y lo cosmopolita, tanto delarte precolombino de la costa peruana como de las vanguardias europeas del siglo XX. Entre esas dos orillas —entre estancias en Trujillo y París—, él ha creado una poderosa escenografía de seres míticos, juguetones y sagrados, creados mayormente con eso que llama ‘materiales primarios’: tierra, barro, yute, papel, elementos que lo alejan de los tonos intensos y lo acercan más hacia el misterio de lo sobrenatural. En esa perspectiva, en 1991 creó una obra llamada “El otro ekeko”, basada en ese personaje que en el mundo andino simboliza la abundancia, el cual pintó sobre yute con barro, cola y otros elementos.

“Este personaje nos va a dar ese impulso para seguir viviendo más allá de la tristeza”.

“A mí siempre me sedujo trabajar con los materiales que encontraba en la naturaleza —cuenta— y con ellos decidí crear un personaje a partir de ese ekeko que veía en el aeropuerto, cada vez que salía o venía a Lima, y que parecía que me miraba y fastidiaba como un duende”, dice sonriendo Chávez. “Como me dijo un investigador, era una especie de Papá Noel en el mundo andino, donde repartía semillas a los agricultores. A mí me pareció un personaje mitológico, muy tierno y generoso, y decidí hacerlo como un gigante y le puse juguetes y seres salidos de mis pinturas”, añade. Chávez decidió presentar esta obra al proyecto De Voz a Voz Perú como un símbolo de buen augurio frente a la tragedia. “Este personaje —dice— nos va a dar ese impulso para seguir viviendo más allá de la tristeza y construyendo cosas para el bien de la humanidad”.

Gerardo Chávez

Trujillo, 1937

Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes y formó parte de la “promoción de oro” de 1959. Su consolidación como artista se produjo en la década de 1960, durante su estancia europea, donde conoce a artistas como Roberto Matta y Wifredo Lam. Desde el 2000, vive entre el Perú y Francia, y pasa temporadas en su Trujillo natal, donde ha construido importantes espacios culturales. En el 2017, por sus 80 años, realizó una muestra retrospectiva en Lima.

“Mantengámonos serenos y pacientes en la realización de nuestros sueños y sigamos construyendo un futuro próspero”.

La restauración de los poderes del espíritu

“Empezando los años noventa, surge ‘El otro ekeko’, la primera obra de Chávez en barro y yute, técnica primitiva que lo acompaña hasta hoy y ha acercado su imaginario al lugar al que pertenece, la tierra. Este gigante ha paseado por todo el mundo. Una figurilla mágica de adoración popular es ahora un gigante responsable de la restauración de los poderes del espíritu. La idea fue crear un amuleto magnánimo, símbolo de la abundancia, la fecundidad y la alegría de vivir, que ahuyenta la desgracia y atrae la fortuna a quienes lo poseen. Mantengámonos serenos y pacientes en la realización de nuestros sueños (carguémoslos siempre), sigamos construyendo un futuro próspero y recobremos la fuerza y magia de nuestro espíritu para luchar contra la adversidad de estos tiempos”. (Gerardo Chávez-Maza, curador)”.