Los pliegues del color

MARIELLA AGOIS. La artista visual, después de unos meses de asombro, continúa su serie pictórica en la que rompe con lo bidimensional y presenta nuevas propuestas cromáticas.

A mediados de marzo, cuando se desató la pandemia en el país y el gobierno decretó el confinamiento obligatorio, Mariella Agois paró de trabajar. Se dedicó por varias semanas a cocinar y a otras actividades domésticas, sin poder reencontrarse con la creación pictórica. “Estaba asombrada de todo lo que estaba pasando —cuenta— recién en mayo pude retomar lo que había estado haciendo anteriormente”. En ese momento, sus obras fueron incluidas en algunas exposiciones virtuales por el Día de la Madre, y esto la impulsó a continuar la serie Pliegues, que había iniciado dos años atrás como parte de sus indagaciones en el arte geométrico y abstracto. “Es una serie que a mí me encanta —comenta— porque es interminable. Yo sé que en algún momento tendré que parar, pero al jugar con el plano pictórico, al hacer cortes direccionales, se genera una sensación de profundidad y se abren múltiples posibilidades: es como un abanico. Además, en esta época, estoy usando colores mucho más fuertes que antes”.

“Al jugar con el plano pictórico, al hacer cortes direccionales, se abren múltiples posibilidades.”.

La obra que presenta en De Voz a Voz Perú se titula “Pliegue 45” y corresponde a esta última etapa de su trabajo. En ella utiliza un color como el verde que no había usado anteriormente. “Lo que me interesa ahora es trabajar bastante el color; y en cuanto a las líneas, estas no son exactamente continuadas”, dice. En síntesis, se trata de nuevas perspectivas de algo que la artista ha venido explorando en los últimos tiempos: esa ilusión de tridimensionalidad que sugiere su obra y que la ha llevado no solo a realizar pinturas, sino también grabados, impresiones y murales.

Mariella Agois

Lima, 1956

Pintora y fotógrafa peruana. En sus proyectos fotográfi cos ha abordado temáticas de género y representaciones de problemáticas sociales. Desde 1980, desarrolló propuestas pictóricas a partir de referentes vinculados a la tradición precolombina y a los lenguajes digitales. Su obra se ha decantado por la abstracción

“Durante el confi namiento observaba todo con más detenimiento. Había un tiempo distinto, sin horarios.”.

ES UNA REPETICIÓN, COMO UN DÍA TRAS OTRO

“Esta obra es la continuación de otras donde el pliegue es el protagonista. Es uno de los tipos de dibujo en el que los cambios en la superfi cie pictórica permiten generar la ilusión de un espacio tridimensional. Es una repetición, como un día tras otro. La paleta en esta etapa fue de colores más intensos, más densos, fuertes sin ser estridentes, más dramáticos. He venido trabajando este tema por varios años, es cautivante y tiene muchas variables. Durante el confinamiento observaba todo con más detenimiento. Había tiempo, un tiempo distinto, sin horarios. Las horas y los días pasaban sin interrupciones”.