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DE VOZ A VOZ PERÚ

Silvia Westphalen

“Dibujo de cuarentena”

2020
Dibujo de cuarentena
Lápiz y lápices de color sobre cartulina,
(díptico) 28 x 48,4 cm.

Los colores del aire

La desesperación y la esperanza
Westphalen en su taller de Lurín. La cuarentena le permitió volver al dibujo y hallar un lenguaje que, de alguna manera, se relaciona con su escultura.

Silvia Westphalen. Durante la cuarentena, la conocida escultora volvió al dibujo y nos presenta una obra marcada por tonos azules y verdes que aluden a la vida y lo natural.

En esos días de cuarentena, Silvia Westphalen no pudo ir a su taller de Lurín y se reencontró en casa con una actividad que siempre había realizado de manera paralela a su carrera como escultora: el dibujo. “El dibujo en este período se volvió en algo más intenso y lo hice con mayor dedicación. Creo que he estado redescubriendo otro lenguaje —dice ella— y, además, empecé a usar el color, algo que no hago en mis esculturas. Creo que esta es una nueva manera de expresión”. Desde hace más de tres décadas, la artista ha explorado las posibilidades infinitas del mármol, de la piedra de Huamanga, del ónix, y sus esculturas, con hendiduras y pliegues sugerentes, siempre han estado marcadas por los tonos blancos o grises del propio material. Por eso, ella se sorprende de haber redescubierto al color.

“He usado los azules y verdes, que para mí tienen una relación con el oxígeno, el agua, la vida”.

“He usado bastante durante este período los azules y los verdes, que para mí tienen una relación fuerte con lo que es el aire, el oxígeno, el agua, la vida. En este momento en que había miedo de no poder respirar, de quedarnos sin oxígeno, me han salido mucho estos colores”, comenta. La obra que presenta al proyecto De Voz a Voz Perú es un dibujo de tonos azules y verdes, cuya ejecución alude al arte casero. “Está hecho con lápiz y lápices de color sobre cartulina, y siento que tiene alguna relación con mi escultura”, cuenta la artista. Esas líneas que se juntan o separan en una especie de armonía espacial, Westphalen las relaciona con la música. “Aunque no es una obra figurativa, creo que sí está presente esta idea del ritmo y el movimiento”, explica. Por eso, agrega: “Ahora me dan ganas de pasar muchos de estos dibujos a la piedra y viceversa”.


Silvia Westphalen

Roma, 1961

Entre 1963 y 1992 vivió sucesivamente en Lima, Roma, Ciudad de México, Lisboa, Lagos y Évora (Portugal). Realizó estudios de arte en Lisboa en 1982. Ha participado desde 1983 en numerosas exposiciones y en 1998 ganó la Bienal Nacional de Lima.

“De esta manera, olvidé por momentos que el mundo está enfermo, que estamos al borde del precipicio”.

Líneas que se juntan y separan en silencio

“Repentina y sorpresivamente, la actividad frenética de gran parte de la humanidad cesó. Encerrada, sentí la necesidad de explorar con el medio que tenía a la mano —lápices y papel—. Empezar desde la línea a ver qué ocurre. Líneas que se juntan o separan; observar qué formas van creando; qué pasa cuando entra el color, qué colores llaman a otros. De esta manera, olvidé por momentos que el mundo está enfermo, que estamos al borde del precipicio y que tenemos que cambiar de rumbo. Escuchando el silencio y el vacío , busco los ritmos y formas que me recuerdan que nos transformamos sin parar. Que, finalmente, todas las líneas se juntan y hacen —hacemos— parte de un todo”.

Obras de colección

De Voz a Voz perú es un proyecto desarrollado por el de-voz-a-voz-peru-arte-peruano de Arte Contemporáneo (MAC) y El Comercio, con el auspicio de telefónica. Durante 21 semanas, diversos artistas presentarán una obra de colección.

Las obras se podrán ver en el MAC (Av. Grau 1511, Barranco) desde el 15 de abril al 6 de junio, de martes a domingo, de 2:00 p.m. a 6:00 p.m