El comercio

Preso tras dos años burlando a la justicia

Por Rodrigo Cruz

Hace dos años que a Alejandro Toledo se le llama prófugo de la justicia. El 9 de febrero del 2017, el juez Richard Concepción Carhuancho ordenó 18 meses de prisión preventiva contra el ex presidente por recibir presuntamente— entre el 2006 y el 2010— US$ 20 millones de la multinacional brasileña Odebrecht a cambio de la concesión de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica Sur, el principal y más costoso proyecto de infraestructura vial durante su gobierno (2001-2006). Se trataba de la primera gran revelación de la constructora y que, de algún modo, nos mostraba la real dimensión de lo que sería el Caso Lava Jato en el país.

Como es evidente, la medida no fue ejecutada: un mes antes de la orden judicial, Toledo salió del Perú. El 11 de enero del 2017, el ex mandatario tomó un vuelo a Panamá para luego ir a EE.UU., país donde es residente. Desde entonces, lo que se sabe del ex mandatario provienen de sus publicaciones en redes sociales o cuando es captado en algún lugar público por un transeúnte informado sobre su situación legal. En mayo del año pasado, las autoridades peruanas presentaron un pedido formal de extradición a EE.UU. A raíz de lo ocurrido, una pregunta se repite con frecuencia en la opinión pública: ¿Cuándo veremos al ex presidente en el país? Y por lo general esta viene acompañada de una más escéptica: ¿Realmente vendrá?