El comercio

Retrovisor: historia de una foto

Ni YouTube puede con esa eternidad: dentro del Archivo Histórico de El Comercio está contada la historia del Perú desde que este diario apareció, el 4 de mayo de 1839. Capítulo a capítulo, allí descansa. En nuestra nueva página Retrovisor, podrás encontrar la historia detrás de las fotos más reveladoras que conservamos.

Archivo de El Comercio

El hombre conoció el corazón de Lima Lima, 1 de julio de 1967

Por: Miguel Villegas

Abrir el corazón de la ciudad como si fuera una operación de marcapasos, solo se le puede ocurrir a dos personas: un hombre que quiere mucho a unos nietos que todavía no conoce o un médico que sabe que esa ciudad necesita cura para seguir viviendo.

Luis Bedoya Reyes (1919-2021) era un poco de los dos. Por un lado, gracias a las raíces donde creció -fue niño en el Callo, estudió en ese crisol que es el colegio Guadalupe y terminó Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Entre ello, fue docente en el colegio militar Leoncio Prado. Allí se forja el acero y la piel se curte. Por el otro, vivió la mitad del Bicentenario del Perú, que ya no podrá ver, pero que conocía como muy pocos: fue dos veces alcalde de Lima, también ministro y candidato a la presidencia, aunque su mayor brillo fue el trabajo por esta ciudad tres veces coronada villa. De ese tiempo es esta foto.

Tan fascinante como proclamar que en 2030 viviremos en la Luna, el fundador del Partido Popular Cristiano anunció como principal obra de sus años de gestión (1964-1969), la construcción de la Vía Expresa, un zanja que cortaba la ciudad en dos, y unía el centro con La Victoria, Lince, San Isidro, Surquillo, Miraflores y Barranco. El 1 de julio de 1967, al lado del presidente Fernando Belaúnde y el arquitecto Benjamín Doig, Bedoya recorrió por primera vez la obra, mientras unos 80 mil incrédulos a los lados de ese primer tramo aplaudían, agradecidos. Unos 190 millones de soles de la época fueron invertidos en su construcción. Además fueron removidos 1′200,000 metros cúbicos de tierra y fueron utilizados más de 2 millones de toneladas de fierro y 200 mil toneladas de cemento.

Lima necesitaba respirar y Luis Bedoya Reyes, el último patriarca vivo de la política peruano, lo detectó. Sirva su ejemplo, y la leyenda que crecerá con su muerte, para recordar que las capitales no solo tienen pasado, sobre todo futuro. Y que se prepara hoy.