El comercio

Retrovisor: historia de una foto

Ni YouTube puede con esa eternidad: dentro del Archivo Histórico de El Comercio está contada la historia del Perú desde que este diario apareció, el 4 de mayo de 1839. Capítulo a capítulo, allí descansa. En nuestra nueva página Retrovisor, podrás encontrar la historia detrás de las fotos más reveladoras que conservamos.

Archivo de El Comercio

Señorita y maestra Lima, 3 de abril de 1972

Por: Miguel Villegas

Debajo de una nota cuyo titular tiene un tono apocalíptico -"Especuladores no respetan: cobraron 120 soles el kilo de pollo"-, el 3 de abril de 1972 El Comercio publicó en su portada lo que en estos días de pandemia es casi un ruego: tres millones de escolares vuelven al colegio, con sus guardapolvos blancos, sus cuadernos Minerva y sus loncheras.

Como la memoria a los cinco años es selectiva, pasamos a recrear cómo era ese primer inicio de clases, sobre todo para los más chicos: enormes cartapacios que doblaban el peso de los debutantes en primaria, fígaros orgullosos luego de ver pasar ejércitos de muchachos con nuevo corte y un repetido coro de lágrimas y llanto, cuando no de mocos, seguido de la noble negociación de padres, madres y maestras sobre lo importante que es quedarse en el colegio, estudiar, aprender y conocer nuevos amigos.

-Yo voy a estar aquí a la salida. No me voy a mover, me dijo mamá. Y yo le creí.

El Comercio envió a varios de sus reporteros gráficos a fotografiar esas escenas. Uno fue al Colegio Peruano Chino, otro a la GUE Alfonso Ugarte, uno más a las GUE Rosa de Santa María y Mercedes Cabello de Carbonera, todos en Lima.

Entonces se hizo esta foto. Maestra y educando, en el inicio de una relación que cruza el abecedario, los colores o la geografía. Un niño llora y ella lo acompaña, que es la primera forma de cariño que uno recuerda de esos años. Mientras elegíamos la foto, imaginaba a mi noble Cristina, del CEI 354, o a Lila León de Barrios, elegante como una gacela, y rogaba porque estén bien donde estén. No tengo memoria sobre las clases, los papeles de lustre ni las canciones, pero sí tengo grabado todo de ellas: su olor, su peinado, su voz. Los mejores maestros, los inolvidables, son los que toman tu mano y nunca te dejan.

PD. Si alguien reconoce a este niño, si alguien recuerda a esta maestra, por favor, comuníquese con nosotros al email de arriba.