Sarita

47 años

Con esta experiencia rescato esto "Tener salud no es estar sana" y que "Tener fuerza no significa que eres Fuerte".

Un día desperté con un bulto en mi seno derecho, me agarro de sorpresa porque me había hecho los controles casi 3 meses atrás y todo estaba bien, ese día empezó mi lucha; fui a varios médicos y tras varios análisis, exámenes y pinchazos, el resultado fue que era benigno. Se decidió operar y extirpar el tumor. Yo nunca sentí dolor, malestar o mal alguno; al retirarlo resulto ser un Carcinoma Ductal Infiltrante Grado 3 (tenia nombre y apellidos).

Al recibir la noticia lo primero que pensé fue: "¿A qué hora despierto, es una terrible pesadilla?". Luego caí en cuenta que era una realidad que debía afrontar esta situación. Tenía a mi madre al lado y a mi hija estudiando para sus exámenes. Me dijeron que necesitaba otra operación para ver si se había esparcido, es entonces que decido tomar al toro por las astas, me seque las lágrimas y comencé los trámites; mi único pensamiento era que debía seguir en pie por ellas. Nunca pensé ni vi muerte, mi único pensamiento era hacer todo para salir lo más pronto de este mal momento y poder seguir con mi vida con más ganas que nunca.

Cada día fue una lucha increíble, más operaciones, tomografías, resonancias y muchísimos pinchazos hasta que llego la 1ra quimioterapia, vinieron los terribles estragos pero lo que más me afecto fue perder el cabello; fue a los 11 días de mi primera quimioterapia; recién ese día caí en cuenta de lo que me estaba pasando; yo tenía un cabello hermoso largo y ondulado, y sin saber había hecho de él un ídolo de barro. Ese día me puse mal y lloraba de rodillas a gritos al ver como se iba cayendo lo que creía era mi identidad; me preguntaba "¿Por qué a mí?" "¿Qué había hecho para que esto me pasara?" y demás preguntas que no encontré respuesta. Tome aire y me fui a cortar lo que quedaba de cabello y ahora con eso tengo una bella peluca con la cual piensan que por mí no ha pasado nada, y lo mejor es que así salga con pañuelo, peluca lacia, ondulada o corta me siguen reconociendo por donde voy.

Al no hallar respuestas a tantas preguntas me puse a pensar, "¿Que hago buscando un Por qué? Si ya pasó " y empecé a buscar el "¿Para qué?" (Mismo meme de FB), buscar la enseñanza y tomarlo como una bendición para mi vida. Y me propuse ser testimonio de vida y lucha; decirle a todos lo que me pasa ya que yo tuve mucha precaución, como sano, no bebo, no fumo y a pesar de ello, me pasó; conclusión nada te libra de este terrible y desgarrador mal.

También entendí que la vida es imprescindible y corta; yo opte por buscarle sólo enseñanzas y no quejarme más de lo que debe. Aprendí a valorar más a quien está a mi lado, a no pensar en lo que hice mal porque no se puede retroceder para remediar y curar; sólo sirve para reflexionar, crecer y no volver a repetirlo; a no preocuparme por lo que no tengo sino agradecer por lo que tengo; que lo material NO te llena el alma ni la vida, te llena el amor de Dios y las manifestaciones de cariño que te levantan el espíritu y que guardarás en el corazón hasta el fin de tus días y lo más importante siempre dar Gracias a Dios por un día más, para mí es un día menos de lucha, por lo mucho o poco que has conseguido, porque lo que tienes y tengas SOLO depende de TI.

Mi madre y mi hija cada una con su forma de ser y carácter no me dejaron sola en ningún momento; se metieron en mi lucha para ayudarme a salir victoriosa; definitivamente sin ellas a mi lado no estaría donde estoy ahora; recuerdo el día que veía como perdía el cabello, mi hija se acerco a mí y me dijo "Mami llora todo lo que tengas que llorar, ahora es el momento" y me abrazo muy fuerte. Cuando dije que me cortaba el cabello decidió también cortárselo para hacer fuerza común y mostrarme lo dispuesta que estaba para ayudarme en todo este proceso y con su cabello complete otra bella peluca, una que quedará conmigo siempre y cada vez que tengo que internarme, ella se interna conmigo, es mí enfermerita de cabecera.

Y mi madre que es la más afectada en todo este proceso, y la entiendo porque siendo también madre no quisiera que nada le pase a mi hija, es por eso que la cuido y protejo como ella lo hace aún más ahora conmigo; no hay cariño más grande e incondicional como el que me da mi madre. Yo siento una gran admiración por ella y pese a que puedo sentir todo lo malo de esta pesadilla, ella pasa los peores momentos porque desearía ser ella y no yo. Entiendo su sufrimiento y me hace valorarla, amarla, mimarla, protegerla, respetarla aún más. Las 3 unidas hacemos de todo para salir adelante y seguir consiguiendo nuestros sueños y anhelos.

En todo este proceso te das cuenta del amor de tu familia, con lo cual estamos más unidas que nunca pero también del valoras la amistad; descubres quienes son tus verdaderos amigos y que están pendientes de uno cada día; pero de entre todos ellos apareció un ángel, una persona que en forma incondicional me ofreció su apoyo, me escribía cuando estaba por desmayar y me decía "Dime qué puedo hacer para que te sientas mejor" y eso me enternecía el corazón, ya que nada ni nadie más que yo debía pasar y sufrir por esto.

Cada vez que nos veíamos, me tomaba de la mano y me trasmitía mucho cariño, nadie me trata como él y hace que ese cariño que nos tenemos, crezca día tras día. Nos conocemos desde que tengo 15 años (fuimos enamoraditos) y nos volvimos buenos amigos a través de los años; y me demostró con este mal, que era uno de mis verdaderos amigos. Un día me acerqué más (por no decir me lance) y él respondió; a partir de ese día el amor de hace 28 años atrás poco a poco comenzó a despertar y ahora estamos conociéndonos y amándonos con el fin de estar juntos hasta el final de nuestro días; se volvió indispensable para continuar, me cuida, protege y ha hecho de mi lucha su lucha; para mí eso es maravilloso.

Me ayuda a tener un mejor estado de ánimo, ha levantado mi autoestima de mujer y me da más ganas de salir pronto. Lo amo mucho y agradezco que este a mi lado y ahora más involucro conmigo en la recta final de este partido; ahora es mi esposo y cada día el amor crece; nos tenemos respeto y mucho cariño; demostró que me ama verdaderamente ya que en el peor momento decidió seguir a mi lado.

Concluyo en decir que la vida de formas insospechadas te enseña que para demostrar tu fuerza tienes que pasar por muchas cosas incomprensibles y diversos, duros y difíciles momentos, pero siempre aunque cueste verlo siempre está la luz al final del túnel o el duende de la olla de oro al final del arco iris. Todos pensamos que no hay nada peor que lo que nos esté pasando y no es que no lo haya, sino que está en nosotros saber afrontarlo.

Insisto en decir siempre "La felicidad completa no existe, esta consiste en momentos felices" y hay que buscarlos a cada instante aunque tengas la adversidad persiguiéndote.; quizás en la escapada logres esquivar y conseguir muchas aventuras que llenarán tu vida de esos momentos felices que tanto debemos buscar. Ando en la búsqueda de lograr esa fuerza que necesito; porque los momentos felices los improviso a cada momento.