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Los universitarios asumen el protagonismo

Voluntarios Sanmarquinos es una iniciativa que brinda asesorías gratuitas a decenas de escolares con problemas para adecuarse a la educación virtual. Conversamos con sus tres fundadoras

Texto: Rodrigo Moreno

Milagros Carranza, Alessa Minchola y Dejhanira Prado eran conscientes de que el repentino giro hacia la educación virtual podría dificultar el aprendizaje de cientos de escolares a nivel nacional. El 27 de abril, estas tres alumnas de la carrera de trabajo social de la Universidad San Marcos consideraron que había llegado el momento de actuar. Tras una larga noche afinando detalles lanzaron Voluntarios Sanmarquinos, una agrupación de estudiantes dispuestos a ofrecer asesorías de manera gratuita.

Cuando pusieron en marcha la convocatoria, temían que solo unos cuantos se sumaran a la iniciativa. Diseñaron anuncios que compartieron a través de sus redes sociales y sus amigos y su escuela de pregrado colaboraron con la difusión. En unas horas se reflejó la buena acogida que tuvo su idea: una primera tanda de 47 voluntarios. Ya con este respaldo, crearon las páginas de Facebook e Instagram y no tardaron en llegar las solicitudes de acompañamiento educativo. Al darse cuenta de que esta labor las sobrepasaría, recurrieron a su amiga Lucía Mendívil, quien es de la misma facultad.

Por ahora, con este equipo logran atender los pedidos de decenas de familias. Los asesores son designados de acuerdo al curso, el tema y el grado del alumno. Puede que las circunstancias cambien luego de la cuarentena, por eso ya están organizándose para que no falten manos en las próximas semanas.

En tanto, muchos padres se han comunicado con ellas y han expresado su angustia por los problemas que tienen sus pequeños a la hora de aprender a distancia. Como no todos cuentan con condiciones similares, este grupo se adapta a las herramientas disponibles de cada familia. No hay una retribución económica, aunque cada nota de agradecimiento es más que reconfortante y les hace sentir que vale la pena el esfuerzo.

Las cuatro jóvenes son alumnas de quinto ciclo y estaban entusiasmadas por iniciar sus prácticas preprofesionales. Pese a que la crisis desbarató esos planes, el ímpetu por contribuir desde sus posibilidades se mantiene a tope. Entre ellas se alientan para no desistir en su misión. Ya se acostumbraron al trabajo en equipo y a la nueva rutina que comienza a las 9 am. En el transcurso del día se reparten tareas y están al tanto de cualquier imprevisto entre voluntarios y escolares. Al finalizar la jornada, Dejhanira y Lucía redactan las publicaciones para las redes sociales, Alessa actualiza un registro de las tareas cumplidas y Milagros se encarga de la diagramación de los afiches.

Procuran sostener una comunicación abierta y fluida con los voluntarios mediante los canales que han creado. Quieren que los involucrados estén al tanto del avance de sus compañeros. “No todos son nuestros conocidos pero sí podemos asegurar que son un buen grupo”, afirman.

Comparten la misma preocupación que nos embarga al resto de peruanos al ver que la cantidad de infectados por el COVID-19 continúa en aumento; no obstante, la dureza del panorama no las ha hecho perder las esperanzas de que la ciudadanía reaccione de la forma adecuada. “El sistema educativo, de salud y las diferencias sociales son factores que han sobresalido negativamente en esta crisis. Es momento de replantear y mejorar”, sostienen.

Hasta el momento, en tres semanas se han beneficiado más de trescientos escolares. Admiten que la cifra es pequeña en comparación al total de estudiantes peruanos que ahora requieren apoyo. Pero saben que hacer algo es mejor que quedarse paralizado ante los obstáculos. “Poco a poco vamos a superarlo, no durará para siempre”, reiteran.

Contáctalos:

instagram.com/voluntariossanmarquinos